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Channel: Tierras de Burgos
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Retocando entradas: Enero de 2010.

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El artículo “vídeo sobre Poza de la Sal (y II) y fiesta de Los Jefes” ha sido eliminado.

El artículo “Arquitectura del Agua” cambia ligeramente.


En el artículo “Iglesia Románica de San Miguel de Cornezuelo” se han puesto algunas fotos más actualizadas.

En el artículo “Iglesia románica de Crespos” se han puesto las fotos a mayor tamaño.

El artículo “Ruta de senderismo: La sierra de Albuera” cambia ligeramente. Es una de mis rutas “pre-GPS”, aunque la descripción no es de las peores.

El artículo “Cumplimos un añito” no cambia.

El artículo “vídeo sobre Poza de la Sal (I)” ha sido eliminado.

El artículo “La calzada romana de Italia en Hispania” no cambia.

En el artículo “Regreso a los pueblos del Silencio: Busnela” se han puesto las fotos a mayor tamaño.

El artículo “Este fin de Semana, San Antón” no cambia.

El artículo “Dehesa de Quintanapalla” ha cambiado ligeramente.

El artículo “Humildes rastros del Medievo” cambia ligeramente.

El artículo “Ruta de senderismo: La Mesa de Oña” no cambia. Previsiblemente a mediados de 2015 publicaré una versión actualizada y mejorada de esta ruta.

El artículo “Vídeo sobre Peñaranda de Duero” se ha retocado ligeramente.

Tosantos

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Una de las imágenes características de Tosantos, en pleno camino de Santiago, es la del robusto y bien conformado castaño de Indias que aparece junto a su iglesia parroquial, al lado de la carretera.


 
La otra estampa asociada a este pueblo es la de la original ermita rupestre de Nuestra Señora de la Peña; que se levanta en una ladera al norte del pueblo, al modo de templos más comunes en el sur de España.

 
Este edificio de construcción renacentista y barroca es el heredero de lo que fue un importante conjunto eremítico que tuvo sus orígenes en plena época altomedieval. La ermita está excavada en la roca, quedando al exterior solamente su fachada. Tiene una longitud de unos 16 metros y una anchura de siete. La altura llega en algunas zonas a los seis metros.

 
Entre las celebraciones desarrolladas en esta ermita destaca el encuentro de peregrinos y hospitaleros que tiene lugar cada mes de agosto. Durante el mismo se procede a quemar los deseos dejados por los Peregrinos en el Hospital/Albergue de Tosantos.
 
Hacia el este del pueblo se observan los restos de las llamadas cuevas de los Arancones, también de origen altomedieval. La mayor parte de ellas son hoy inaccesibles y algunas han sido retocadas con modesta obra de albañilería.
 

La ermita de San Félix de Oca

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A tiro de piedra de Villafranca Montes de Oca, y en pleno camino de Santiago, todavía se alzan los vestigios del antiguo monasterio de San Felices o San Félix de Oca, que hunde sus raíces históricas en los primeros tiempos de la cristianización  de la provincia de Burgos. Su origen se remonta a la época hispanovisigoda., en concreto al siglo VI, cuando la estratégica ciudad de Auca – también fue una importante urbe autrigona y romana – se convirtió en una de las primeras sedes episcopales de España.
Unos peregrinos se acercan a la milenaria construcción en un día luminoso de primavera.

En la actualidad sólo se mantienen erguidos los restos del ábside de la iglesia levantada durante la Alta Edad Media y que con el tiempo derivó en una simple ermita. La planta del templo era basilical, como han comprobado las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en la misma. Los arqueólogos también han corroborado que los cimientos son de época visigoda y que en ellos se reutilizaron materiales romanos.
 
 
A la cabecera, que tiene planta cuadrada, todavía se accede por un arco triunfal de medio punto que parece derivar de uno anterior en forma de herradura. Su cubierta es una pequeña cúpula esférica sostenida por pechinas. A principios del siglo XX todavía existían parte de los muros laterales, incluyendo la entrada principal. Al parecer, recordaba en cierta medida a la ermita visigoda de Quintanilla de las Viñas.

El monasterio de San Félix de Oca aparece citado por primera vez en un documento apócrifo del monasterio riojano de San Millán de la Cogolla, al que, a partir del año 1049, acabó perteneciendo. Según su testimonio escrito más antiguo, fechado en el año 863, San Félix de Oca fue engrandecido por el abad Severo y por el fundador de la ciudad de Burgos: el conde Diego Rodríguez Porcelos, cuyo cuerpo, según la tradición, está enterrado entre sus muros. Hoy una placa recuerda esta creencia.

Mamolar

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Mamolar es un apartado pueblo ubicado en el límite occidental de la comarca serrana burgalesa, en el límite con el área de los sabinares de Arlanza y Cervera. El perfil del paisaje local aparece dominado por la enhiesta figura del Pico del Águila, que ronda los 1380 metros, bajo el cual crece una inesperada dehesa de robles orientada al sur.
 
 
Su situación, en una especie de corredor natural entre la sierra y el área de Silos y Lerma, le ha convertido en un secular lugar de paso, hoy ignorado por las modernas vías de comunicación. Por aquí tuvieron lugar batallas medievales, por aquí pasa el camino del destierro del Cid y, más recientemente, el pueblo fue testigo de intensos combates en las guerras de la Independencia y carlistas, en las que tuvo parte protagonista nuestro cura Merino.
 
 
En el marco de las primeras guerras carlistas, Mamolar fue base de operaciones del ejército rebelde durante la importante batalla de Retuerta. Cuenta la tradición que un vecino, ante el temor de perder los caudales durante un previsible saqueo, enterró unas monedas de oro al pié de uno de los robles de la dehesa.
 
 
A partir de aquí existen versiones contradictorias, la primera señala que el propietario recuperó su patrimonio una vez calmada la situación; la segunda afirma que un vecino escuchó la información durante una conversación imprudente y se hizo con el tesoro. El caso es que desde entonces al roble en cuestión se le conoció como roble de las onzas de oro.
 
En el pueblo no existe ninguna indicación acerca de la ubicación de este roble. Pregunté a un vecino y, aunque sí que le sonaba la historia, no pudo darme información para poder localizarlo. A lo mejor habría que intentarlo con las personas de mayor edad.
Lo que sí es fácil de identificar es el pico Águila. La subida al mismo fue objeto de una interesante ruta que describiremos en nuestro próximo artículo.

Ruta de senderismo: el pico Águila

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El pico Águila, con sus 1380 metros, es el punto más alto de la parte oriental de las peñas de Cervera y desde el mismo se disfrutan de amplias vistas. Ascenderemos al mismo por una interesante ruta entre extensos bosques de sabinas y sorprendentes y poco conocidos desfiladeros. Además cuenta con el valor adicional de partir desde una de las joyas de nuestro patrimonio, Santo Domingo de Silos.

Dificultad: Media
Orientación (sin GPS con track o cartografía): Regular
Belleza: Alta
Tiempo y distancia: 4 horas y media (14 kilómetros)
 
 


Situación

Para llegar hasta Santo Domingo de Silos desde Burgos lo mejor es tomar consecutivamente la A-1 y la N-234 en dirección a Soria. A la altura de Cuevas de San Clemente giramos hacia la carretera que se dirige a Mecerreyes y a Covarrubias. Atravesamos este pueblo, cruzamos el Arlanza y tras pasar un pequeño portillo llegamos a Santo Domingo de Silos. Dependiendo de la época y la hora puede que lo mejor sea dejar el coche en el aparcamiento de la entrada.

Puntos de interés

Pueblo de Santo Domingo de Silos (visita al monasterio opcional). Desfiladero de río de Peñacoba. Cascada del Picacho, bosques de Sabinas. Tenadas del Cerrito. Vistas desde Pico Águila, Desfiladero del Mataviejas.

Descripción de la ruta

Si decidimos dejar el coche en el aparcamiento, hemos de empezar la ruta avanzando hasta la entrada de visitantes del monasterio, junto a la Fuente Grande. La dejamos al lado pasando junto al lavadero y bajo el arco de la antigua muralla. Inmediatamente cruzamos el río Mataviejas y giramos a la izquierda siguiendo la única calle existente.

Pronto acaba el asfalto y llegamos a una especie de parque. Podemos bordear el mismo por la derecha o cruzarlo en diagonal.Terminado el parque sigue una vereda muy bien definida que termina girando hacia la derecha embocando hacia un pequeño desfiladero que en invierno lleva agua relativamente abundante. En estos primeros metros observamos algunas mesas. Desde aquí las sabinas son omnipresentes.

Pronto llegamos a un punto muy estrecho, que recuerda lejanamente al desfiladero de las Palancas. Con agua es muy complicado continuar por el mismo, así que nos vemos obligados a remontar por una pedrera que se encuentra en la ladera de la izquierda. Con bastante esfuerzo vamos ganando metros. Podemos aprovechar los descansos para observar la parte final del desfiladero con Silos al fondo. Poco después también podremos asomarnos hacia la otra parte del desfiladero.

Hemos de subir bastante (hasta la cota 1100 metros) para poder continuar paralelos a la hoz. La trocha aparece y desaparece, con lo que no podremos fiarnos mucho de ella. Desde aquí tenemos dos opciones: continuar sin perder altura o bajar hasta el cauce del río buscando un pequeño pero bonito salto de agua conocido como cascada del Picacho. Tras decidirnos por esta segunda opción volvemos a ascender buscando una canal perpendicular al desfiladero principal. No bajaremos al fondo de la misma, sino que caminaremos paralelos a este vallejo, dejándolo a nuestra derecha. Frente a nosotros aparece ya el macizo de Peña Águila.

Tomando estas cumbres como referencia, caminamos directamente hacia las mismas ganando altura con suavidad, por un sendero que muchas veces se difumina.  Justo en el punto en donde termina el vallejo se abre una explanada en donde se ubican las tenadas del Cerrito. Al final de las mismas (un poco hacia la derecha) encontramos un camino bien definido que tomamos durante unos instantes.

Pronto observamos el pueblo de Peñacoba. Bajamos un poco por el camino hasta localizar una marcada canal que asciende hacia lo alto del monte. Identificamos un sendero que sale del camino y remonta paralelo a esta canal. Volvemos a ascender sin demasiado esfuerzo mientras el sendero se integra en la canal hasta su final, en la cota 1300.

Llegamos a una especie de meseta inclinada. A la derecha tenemos la línea de cumbres, que caen de forma brusca hacia el sur, mientras que hacia la derecha tenemos una especie de mar de Sabinas, cerrado por el perfil de Peña Carazo. A partir de aquí intentaremos seguir los senderos que siguen paralelos al cordal, pero sin acercarse al mismo, y sin variar prácticamente de altitud.

Con mucha frecuencia el camino desaparece, aunque el avance no es demasiado difícil por un suelo cubierto de gayuba. Tras más de un kilómetro vemos que existe un pequeño collado entre el primer bloque de cumbres y el segundo, en donde ya se encuentra el pico Águila. Bajamos un poco hacia el collado y afrontamos la subida final hacia la cima, con cuidado de no irnos demasiado hacia la derecha.

Por una zona bastante pedregosa por donde se avanza con dificultad por fin llegamos al punto más alto, marcado con vértice geodésico. Desde este punto las vistas son muy amplias, hacia el sureste comienza la tierra de pinares, con el pueblo de Mamolar justo bajo nosotros (llama la atención la abundancia de robustos ejemplares de roble). Hacia sur se extiende la amplia meseta cerrada por el Sistema Central, hacia el oeste el resto de la sierra de Cervera y hacia el norte y noreste los extensos sabinares, Peña Carazo y buena parte de las cumbres de la Demanda, Neila y Urbión.

Tras el merecido descanso bajamos de la cumbre en dirección noreste, orientados hacia el punto en donde está ubicada la sierra de Neila. Tras avanzar unos 500 metros localizamos unas marcadas rodadas que siguen nuestra dirección, alejándose de forma decidida de la cumbre. Seguimos este camino que baja rápidamente hacia el cauce del río Mataviejas. Pasados unos dos kilómetros intuimos que el descenso se está acabando pues el camino se encajona por una pequeña garganta. Pronto llegamos a la carretera Hacinas- Santo Domingo de Silos, la cual seguimos hacia la izquierda.

Nos hemos incorporado al desfiladero del Mataviejas, del cual hemos de recorrer unos cuatro kilómetros. El hecho de andar por carretera sólo afea en parte la belleza de esta garganta, con gran variedad de cantiles rocosos y formas geológicas. Afortunadamente en general el tráfico no es demasiado intenso, aunque deberemos guardar las debidas precauciones. A medio camino más o menos observamos unas bellas surgencias en el lado derecho de la carretera, que manan de la misma roca a modo de caños en época invernal.

Tras disfrutar de las bellezas del desfiladero el mismo termina a la entrada del pueblo de Santo Domingo de Silos. Seguimos la variante del lado izquierdo que nos encamina hacia el centro urbano, que ya se intuye por el inconfundible perfil de la abadía cisterciense.

Comentarios

Recorrido un tanto complejo por los repechos y la falta de un sendero claro, no es especialmente adecuado de realizar (aunque no imposible) si no se dispone de GPS con el track o cartografía de la zona. En todo caso la segunda mitad del trazado no tiene ninguna dificultad y es todo descenso. Esta ruta es mucho más interesante en invierno o tras lluvias prolongadas, para que el agua se muestre en su esplendor. Al Pico Águila se puede subir también desde Mamolar y Peñacoba.

Esta ruta es una buena oportunidad para conocer el pueblo de Santo Domingo de Silos, visitar su monasterio o conocer las curiosas historias de sus árboles singulares.
 
Guarda este artículo como pdf e imprímelo cuando quieras

Track del recorrido para GPS (pulsa en el círculo verde para más información).


 

Vídeo con fotos del recorrido
  

Escultura del agua: la cascada de La Coladera

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Como ya entramos en tiempos de lluvias, nieves y deshielos; iré mostrando algunos elementos más de mi serie de cascadas, fuentes, gargantas... y otros elementos naturales relacionados con el agua; agrupados bajo la definición de "Escultura del agua". Apuesto a que algunos os resultarán desconocidos.
 
Hoy uno más bien humilde: la cascada de "La Coladera", que se encuentra a unos pasos de la iglesia de Hoyos del Tozo, y que luce así de bonita en época invernal. Se pasa junto a la misma en la ruta de senderismo por el cañón del Rudrón.


 
Podemos verla incluso desde su parte interior.


Coculina

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En los próximos artículos vamos a desplazarnos hacia la zona de Villadiego para mostrar algunos pequeños sitios que en su momento se nos quedaron en el tintero (combinados obviamente con otros temas). El pequeño artículo de hoy lo dedicamos a mostrar unas "fotillos" de la pequeña iglesia de Coculina, con rastros románicos y del primer gótico.

El entorno está bastante adecentado, realzando la bonita espadaña.

 
Estampa con la espadaña, el yugo de una antigua campana y una abocinada portada gótica ya tapiada.

 
Vista general del templo.

 
Portada románica "embutida" entre dos contrafuertes. Bastante sencilla. La decoración se concentra en los capiteles columnares.




 
En el interior, del periodo románico encontramos algunos capiteles reaprovechados y, sobre todo, una pila bautismal de buena factura.
 
 

Retocando entradas: febrero de 2010

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El artículo “¿Hoy ganamos el pleito?” no cambia.

El artículo “Ruta de senderismo:La sierra de Mamblas” no cambia. Para más detalle se recomienda consultar otra versión más actualizada de una ruta muy similar.

El artículo “Lo que se llevaron de esta tierra” no cambia.

El artículo “Un desierto demográfico” no cambia.

El artículo “La Piedra” tiene ahora las fotos a mayor tamaño.

El artículo “La basiliquita deTabliega” se ha modificado ligeramente.

El artículo “Un poco con retraso pero...” ha sido eliminado.
 
En el artículo “Villaute: Torre e iglesia” se han puesto las fotos a mayor tamaño y se han hecho algunos cambios.

El artículo “Senderos del Parque Natural Montes Obarenes-San Zadornil” no cambia. Por lo que sé la segunda Casa del Parque, en San Zadornil, sigue sin abrir a finales de 2014.

El artículo “Un caso emblemático: Villamorón” ha sido retocado. Otro de los lugares respecto a los cuales queda pendiente una nueva visita.
 
El artículo “Una mirada natural: Árboles de Burgos”. Es uno de los últimos libros que regaló a sus impositores la ya difunta “Caja de Burgos”. ¡Que pena!, ¡si hubiese tenido unos gestores mínimamente competentes!
 
El artículo “Menos de lo mismo” no cambia. Se trata de una reflexión que hago anualmente sobre la despoblación del medio rural burgalés; basándome en la actualización periódica de los datos del padrón.
 
El artículo “Festividades de principios de febrero” no cambia.

En el artículo “Una historia de religiosidad popular” se han puesto las fotos a mayor tamaño.

El artículo “Iglesia románica de San Martín del Rojo” tiene ahora las fotos a mayor tamaño y se ha modificado parcialmente su redacción. No obstante queda pendiente una nueva visita para ver los efectos de la restauración efectuada hace un par de años.

El artículo “Ruta de senderismo: Sierra de Árcena” cambia ligeramente. Muy recientemente he publicado una alternativa a esta ruta, con descripción detallada.

El artículo “Análisis de la encuesta sobre ubicación del Parador del entorno de Garoña” ha sido eliminado. Hace ya varios años que sabemos que ni Parador ni na.

Iglesia de Boada de Villadiego

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Continuando desde Coculina hacia Villadiego encontramos, un tanto apartada de la carretera, la pequeña localidad de Boada de Villadiego. Presume este pueblo de una interesante iglesia románica que, al elevarse sobre una pequeña loma, destaca en el paisaje circundante.
 
 

 

Sin llegar a tratarse de una edificación singular, sorprende que este templo apenas figure en las propuestas sobre el románico burgalés. Conserva en lo esencial su estructura románica de buena piedra de sillería, centrada fundamentalmente en un trabajado ábside, aunque quizá lo más característico del exterior es una espadaña truncada sobre la alguna vez se elevó un cuerpo de campanas.
 

 
Dentro de la sencillez de la nave principal (que se extiende a la portada) el observador aventajado observará una serie de canzorros que se sitúa a media altura de los muros; señal esta inequívoca de la anterior existencia de un gran pórtico que nos hace evocar obras maestras como la de Rebolledo de la Torre.
 

Pero, como decimos, la vista se nos va hacia un armonioso ábside en donde lo más destacado son sus ventanas y, más en concreto, el trabajo de relieve en arquivoltas y fustes. La decoración es eminentemente vegetal y geométrica, aunque pueden verse algunos otros motivos típicos, como el de la pesca milagrosa.
 
 

Lamentablemente esta iglesia no suele figurar en los programas de apertura de monumentos, con lo que no es fácil visitar su interior. Si lo hiciéramos, observaríamos como la belleza del interior del ábside no sólo no desmerece, sino que complementa a la del exterior.

 
Destaca especialmente el precioso grupo de circo arcos que quedó visible tras la retirada del retablo; y los elegantes y bien conservados capiteles del arco triunfal, representando respectivamente a San Miguel con el dragón y a un personaje que interviene en una lucha entre dos caballeros. Por muchas ilusión que nos haga, la policromía que los cubre no es la original, pues data del siglo XVI o XVII.



 
En definitiva, es claro que en la parte escultural del edificio trabajó un taller con habilidad técnica, posiblemente el mismo de los cercanos pueblos de La Piedra y Fuenteúrbel.
 
Para más información puedes consultar la correspondiente ficha de la web Románico Digital (las fotos del interior corresponden a dicha publicación).

Villadiego

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Publico hoy un último artículo antes de navidades dedicado a esta cabecera comarcal. Volveré con más lugares e historias a partir de enero. ¡¡ FELIZ NAVIDAD !!
 
Villadiego, la cabecera de la zona noroccidental de la provincia, fue fundada, según la tradición, por el conde Diego Rodríguez Porcelos (de ahí el nombre) en el año 860. Casi desde su origen se convirtió en un estratégico núcleo comercial y político.
Villadiego ha sabido conservar algo mejor que otras localidades de tamaño medio la herencia del núcleo urbano de origen medieval. El elemento fundamental es el Arco de la Cárcel, la única puerta de la antigua muralla que se conserva.
 
 
 Por la parte interior del arco de la cárcel se conservan una serie de edificios (con entramado de ladrillo en su planta superior) de los siglos XV al XVII.
 
 
Estas casas albergan junto con el arco un cuidado e interesante museo multidisciplinar, siendo el etnográfico el ámbito más representado.
 
 
 
 
Dentro del museo etnográfico, llaman la atención las reproducciones de bicicletas antiguas elaboradas por el artesano local Roberto Terradillos (para más información puedes consultar su página web http://velocipedos.com).
 
 
El interior del arco de la cárcel conserva, en la parte inferior, las estancias destinadas a presidio. En un interesante contraste, dentro de las mismas se encuentran algunos juegos de origen medieval con los que puede interaccionar el visitante.
 
 
 
 
En la planta intermedia se encuentra una amplia colección de fósiles, destacando esta pieza de tortuga gigante encontrada en Tapia de Villadiego. 
 
 
Y, en la planta superior, una sorprendente colección de pinturas donadas por el restaurador y coleccionista Lorenzo Albarrán a principios del siglo XX.
 
La calle que nace en el Arco de la Cárcel es el eje fundamental de la villa. Es unos instantes nos deja en la amplia e irregular Plaza Mayor, presidida por la estatua del personaje más ilustre de la localidad, el historiador y monje agustino Enrique Flórez. Su obra más famosa fue la monumental "España Sagrada".
 
 
Rodeada de edificios de diferente antigüedad y estética, lo más característico de la Plaza son sus galerías porticadas, que a veces incluso combinan columnas de madera y de piedra.
 
 
En uno de los laterales se encuentra esta antigua y original placa que vela por la prudencia del conductor.
 

 
Equidistantes en el plano respecto a la plaza mayor se encuentran alzan las dos iglesias de Villadiego.
La de san Lorenzo Mártir tiene una característica torre gótica y una portada del último románico. Alberga en su interior un museo de arte sacro. 
 

 
Por su parte la iglesia de Santa María fue levantada en el siglo XVI. Su elemento más característico es una trabajada aunque algo deteriorada portada gótica.


 
Entre el resto del caserío de Villadiego puede destacarse el llamado palacio de los Velasco. Originario del siglo XVI, en edificio nació don Bernardo de Velasco y Huidobro, último gobernador español de Paraguay. Luce en su fachada el característico escudo de la familia.


 
Cerca de este palacio pasa casi desapercibido el convento de San Miguel de los Ángeles. La superficie ocupada por este monasterio vino a sustituir a la importante judería que tuvo Villadiego en tiempos medievales. 

 
Entre las fiestas de Villadiego destaca por su originalidad la Función del Judas, de la que hablamos en este blog hace unos meses.

Carboneo tradicional en Quintanalara

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Si uno se da una vuelta por el pueblo de Quintanalara, no muy lejos de la capital, durante los próximos meses es posible que se encuentre con un gran montón de troncos de encina. En este caso esta circunstancia se debe al hecho de que este pueblo es uno de los escasos lugares en los que aún se sigue haciendo carbón vegetal al modo tradicional.
 
 
Se trata de un proceso largo y laborioso, que se compone de una serie de etapas que se han ido perfeccionando con el paso de los siglos (esta profesión cuenta incluso con un vocabulario propio). La corta de leña se prolonga varios meses. Se necesitan unos 40000 kilos de leña para obtener unos 10000 de carbón vegetal. Desde principios de abril se van colocando los troncos en torno a un tubo que funciona a modo de chimenea, formando poco a poco la característica pila de forma cónica.
 
La cubrición de la pila se realiza mediante varias capas, la última de ellas de tierra. Es importante dejar unas gateras para respiradero. A principios de mayo se inicia la cocción de la leña.

 
Es importante controlar el proceso, para que la leña se convierta en carbón pero no se produzca la ignición en ningún momento. Frecuentemente hay que añadir nueva leña para cubrir los huecos que va dejando la leña carbonizada.

 
El proceso de cocción dura aproximadamente un mes. Terminado el mismo se procede a ir sacando y enfriando el carbón, con cuidado en todo momento de que no se queme la pila.


 
El producto final tiene este aspecto.

 
Resulta interesante e incluso atávico contemplar el espectáculo de un horno en funcionamiento. Cerca de la carbonera hay permanentemente un panel explicativo y una maqueta de carbonera. El carbonero de Quintanalara, José Antonio González, vende directamente el carbón en el pueblo, aunque sus clientes principales son restaurantes. También suministra combustible para la fiesta del Curpillos en el Parral.
 
Esta actividad también se mantiene en el pueblo de Retuerta; en donde se realiza la fiesta del Carboneo en la primera quincena del mes de mayo.
 
La visita a la carbonera de Quintanalara se puede complementar con una pequeña ruta senderista que parte de esta localidad; y que describiremos en nuestro próximo artículo.

Ruta de senderismo: Desfiladero de los Castros

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El desfiladero de los Castros es una escondida y pequeña garganta que se abre en las primeras estribaciones de la sierra de Peñalara. Se caracteriza por una cubierta vegetal dominada fundamentalmente por un espeso encinar y por las peculiares formas rocosas que se pueden observar en algunos tramos, fruto de la erosión diferencial de los distintos tipos de materiales. Nos acercamos hoy al mismo gracias a una ruta que resulta sencilla tanto por su desnivel como por su longitud.

Dificultad: Baja
Orientación (sin GPS con track o cartografía): Fácil en general, aunque hay algunos puntos un poco confusos.
Belleza: Normal
Tiempo y distancia: 2 horas y 45 minutos (10,5 kilómetros)


 Situación
Para llegar hasta Quintanalara hemos de salir de Burgos por el paseo de los Pisones y la carretera BU-801. Poco antes de Carcedo nos desviamos hacia la derecha en dirección a Modubar de la Cuesta. Tras pasar por Los tres Barrios de los Ausines y Revilla del Campo, encontramos a la derecha el desvío a Quintanalara. Lo mejor es atravesar todo el pueblo y dejar el coche al final del mismo.

Puntos de interés

Zona de elaboración de carbón vegetal. Encinares. Vistas desde la zona alta. Desfiladero de los Castros.

Descripción de la ruta

La zona en donde hemos aparcado el coche es uno de los últimos reductos provinciales en donde aún se elabora carbón vegetal del modo tradicional (hemos hablado de ello en un reciente artículo). Frente a nosotros nace una amplia pista señalizada como camino rural por la que empezamos a caminar.

Muy pronto alcanzamos unas tenadas que conservan en parte el sabor tradicional, son las tenadas del Valle. A continuación comenzamos el ascenso a la parte superior del monte, superando con facilidad el desnivel inferior a los cien metros. Desde la parte superior tenemos buenas vistas del entorno del pueblo y la zona cercana, distinguiéndose la zona del pico Mencilla.

Entramos en una zona de monte abierto. Llegando a una marcada curva hacia la izquierda observamos un camino que nace casi paralelo a la pista, pero que pronto se aleja de la misma. Tomamos el mismo mientras vemos frente a nosotros algunos picos que destacan en el horizonte. Son las Mamblas y Peñalara (respecto a este último pronto describiremos una ruta de acceso).

Pronto llegamos a una primera bifurcación. Durante los próximos kilómetros nos encontraremos unas cuantas. En general el criterio a seguir será seleccionar la del lado derecho, ignorando pequeñas sendas que se introduzcan en el monte. En todo caso muchas veces las bifurcaciones acaban confluyendo y tienen por objeto evitar zonas embarradas.

Poco a poco vemos como el encinar va haciéndose más espeso. En el mismo observamos signos claros de talas periódicas. Mediante suaves sube-bajas llegamos a los cuatro kilómetros de recorrido. En este punto encontramos una alta valla que cuenta con cámaras de vigilancia. Se trata muy probablemente del comienzo de la finca de San Quirce, un entorno privado de más de 1000 hectáreas que alberga uno de los templos más interesantes del románico burgalés, vedado a la visita de los “plebeyos”.

En este punto detectamos a nuestra derecha una empinada trocha por la que descendemos. Al final de la misma podríamos enlazar con un nuevo camino, pero preferimos seguir en su descenso un pequeño vallejo que recibe el nombre de Tabladillo.

Al principio seguimos unas difusas rodadas pero poco a poco se identifica un claro camino. Por aquí el bosque es algo más abierto. Sin mayores novedades llegamos a la altura de una primera tierra de labor. En este punto salimos del camino por su lado derecho bordeando el cultivo y siguiendo una rodadas. Ascendemos un poco y bajamos hasta la boca de lo que parece un nuevo vallejo y que en realidad se trata del comienzo del desfiladero de Los Castros.

Lo primero que vemos es una pequeña pradera protegida ante el paso de vehículos. Entramos en la misma pasando junto a unas mesas de piedra e inmediatamente accedemos a un sendero que se interna en el cerrado bosquete. Desde aquí y durante los próximos kilómetros deberemos estar atentos a la continuación del sendero, que con frecuencia se desvía hacia las pedregosas laderas laterales.

A la altura de los primeros peñascos giramos un poco hacia la derecha y llegamos a uno de los puntos más característicos de la ruta. Una pared rocosa en la que aparecen varias originales oquedades redondeadas. Seguimos avanzando por un paisaje similar para tomar, algo después, un giro a la derecha, siguiendo en todo momento la parte más baja del desfiladero.

Minutos después llegamos a una especie de pequeño anfiteatro que nos impide seguir de frente. Hemos de remontar con un poco de esfuerzo la ladera de la izquierda (hay que estar atento a la abundante piedra suelta) hasta superar este escollo. Pasado el mismo bajamos de nuevo hacia el fondo del valle por un sendero cada vez más difuminado pero, si estamos atentos, vemos que pronto gira hacia la izquierda.

Desde este punto desaparecen las rocas y el desfiladero, que nunca fue alto, pierde casi todo su desnivel. En esta zona se observa con más facilidad la abundancia de líquenes cubriendo las ramas de los árboles. Tras un giro hacia la derecha apenas se intuyen las laderas laterales pero nosotros continuamos por los senderos que vemos más marcados y siempre por la parte más baja. De este modo acabamos enlazando con el camino que nos trajo desde Quintanalara, en una de sus frecuente bifurcaciones. Desde aquí sólo nos queda desandar lo andado hasta la pista y hasta el pueblo.

Comentarios

Ruta sencilla y con pocas pretensiones, se puede realizar cualquier día que no deseemos un objetivo más ambicioso, por ejemplo durante el invierno. No obstante si realizamos el recorrido en mayo es probable que podamos observar el proceso de elaboración de carbón.

A este desfiladero se suele acceder con más frecuencia desde Revilla del Campo, aunque a mí me parece una opción menos directa y entretenida. En todo caso, si disponemos de dos vehículos podemos plantearnos el recorrido integral Revilla – Desfiladero – Peñalara, acabando en Quintanilla de las Viñas (LINK) o en Lara de los Infantes.
 
Track del recorrido (pulsa en el círculo verde para acceder a más información)
 
 



Vídeo con imágenes del recorrido.


Escultura del agua: El pozo verde

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Hace ya bastante tiempo hablábamos en este blog del singular periplo subterráneo del río Rudrón y de la vinculación con una leyenda cidiana. No sabíamos entonces, sin embargo, que las surgencias de Cueva de los Moros y fuente de El Hoyo no son las únicas mediante las cuales el río Rudrón “vuelve a la vida”.

De hecho, las aguas de estos manantiales confluyen en el pueblo de Barrio-Panizares con las del arroyo Fuentes, siendo este el punto en que el cauce empieza a denominarse Rio Rudrón. Un curso de agua de vitalidad intermitente que ha trazado un gran número de cárcavas hacia el norte (el paisaje recuerda en cierta medida al de algunas películas del oeste).


Si remontamos el mismo en periodos de deshielo lo primero que observamos, a tan sólo unos 500 metros al norte del pueblo, es la caudalosa surgencia del manantial de Fuentes; de la que parece surtirse el pueblo; pues está vallada perimetralmente.
 

 
Continuamos paralelos al ahora caudaloso cauce durante unos centenares de metros siguiendo en marcado camino. A la altura del primer barranco lateral, hacia el lado occidental, encontramos una pasadera hacia el otro lado del río y hacia esta canal secundaria.
 
 
Siguiendo hacia la misma nos llama la atención el hecho de que el agua mana en diversos puntos desde el mismo fondo pedregoso, algo similar a lo que ya vimos hace tiempo en la Fuentona de Abajas.

 
 
 


Ya en la canal, vemos que la misma aporta la mayor parte del agua del arroyo. Mientras observamos un salto de un par de metros, el barranco rápidamente se encajona Ello nos obliga a remontar la ladera. Por cierto, desde este punto el avance se hace más complejo y por momentos, incluso peligroso; debido a la fuerte pendiente y a lo resbaladizo del terreno.

 


Pronto vemos que el agua parece provenir de una especie de cueva. El pozo la torca o pozo verde. Desde aquí nuestro esfuerzo se centra en tener una contemplación lo más clara del mismo. Lástima que la luz y el fotógrafo no fueran los mejores, pero en todo caso el lugar bien mereció el tiempo y el esfuerzo empleado.
 

 

De vuelta al puentecito, remontamos un poco el barranco principal; promesa, quizá, de futuras exploraciones.
 

 
Lo visto en invierno nos estimula a cursar una nueva visita en verano. Ahora sí podemos acercarnos cómodamente al manantial de fuentes; aunque aparece bastante más tristón.
 


Desde aquí todo el cauce está seco. En todo caso seguimos hasta el pozo La Torca. Ahora no hemos de remontar las laderas pues el agua no representa ningún impedimento.
 

 
 
Alcanzado el mismo nos encontramos con una interesante pero inquietante sima con el fondo lleno de agua. Ahora comprendemos el nombre de Pozo La Torca.
 
 
Sin duda el color y forma de las rocas es el que produce ese color esmeralda del pozo cuando se colmata. En todo caso mejor no caer aquí, ni en verano ni en invierno.


Desde el punto de vista espeleológico se trata de una cavidad de sumo interés. Hasta la fecha se han explorado más de cuatro kilómetros, la mayoría de ellos sumergidos. Podéis obtener más información al respecto en la página web del grupo Edelweiss.

Me parece que queda claro con las imágenes; pero no está de más recalcarlo. Este lugar es potencialmente peligroso si no se toman las debidas precauciones en la visita.

El "milagro" de Congosto

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Con frecuencia aparecen en este blog referencias a los numerosos pueblos de Burgos para los que se augura un corto futuro. Poquísima población, malos accesos, ubicaciones apartadas... El lugar de Congosto, en la zona del alto Odra, parecía un candidato claro a incluirse en esta lista...y sin embargo hoy lo mencionamos por razones bien diferentes.
 
Sus escasos cuatro vecinos, aumentados a siete recientemente, han sabido aglutinar a antiguos pobladores y allegados para iniciar un proyecto totalmente independiente de los organismos oficiales para revitalizar al pueblo, basado en el trabajo voluntario y en la colaboración desinteresada. Las acciones empezaron en el 2011 y se han centrado hasta hace poco en la iglesia, que luce así de bonita.




 
Pero ahora no quieren quedarse ahí, y han empezado a adecentar el pueblo

 
Y la ruta del desfiladero de los Piscárdanos, que se ve así desde la iglesia.

 
Para saber más sobre este "milagro" os recomiendo consultar la web de la Asociación Voluntarios por Congosto (VxC)

retocando entradas: marzo de 2010

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El artículo “Notas sobre la Semana Santa” cambia ligeramente.

En el artículo “
otros pueblos del silencio: Loma” se han puesto las fotos a mayor tamaño.

El artículo “
Murió el hombre, mas no su nombre” cambia ligeramente.

El artículo “
Libros: el ferrocarril minero” no cambia.

El artículo “Evolución demográfica” no cambia.


El artículo “Nuestra señora de la Oliva” cambia ligeramente.

El artículo “la huerta del monasterio” no cambia.

El artículo “refrito” ha sido eliminado.

Los artículos de la serie "Una tierra de leyenda" han sido retocados ligeramente y las fotos han sido puestas a mayor tamaño. Para los que no los hayáis leído creo que es un tema interesante.

Una tierra de leyenda (I): Introducción
Una tierra de Leyenda (II): La iglesia Paleocritiana” 

Una Tierra de Leyenda (III): El conjunto eremítico
Una tierra de leyenda (IV): El monasterio
Una tierra de leyenda (V): El castillo
Una tierra de leyenda (VI): La batalla del Negro Día
Una tierra de leyenda (VII): La condesa traidora y los monteros de Espinosa
Una tierra de leyenda (VIII): La Virgen de Covadonga

Una tierra de Leyenda (y IX): ¿Una teoría descabellada?

 





 

Repaso anual a la despoblación y sexto aniversario

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Como otros años, aprovechando la publicación en el INE de los datos actualizados a 1 de enero de 2014 del censo de población, dedicamos a entrada de hoy a hacer un pequeño repaso a la despoblación de los pueblos burgaleses de menor tamaño. Como líneas generales podemos decir que de momento en nuestros pueblos más pequeños sigue un lento goteo de pérdida de población.

El primer dato que buscamos es el de núcleos que aparecen con cero habitantes, que tras intentar filtrar aquellos que realmente son barrios o granjas queda en 20, los mismos que el pasado año (ya comentamos en su momento que en realidad hay unos cuantos más que ya no aparecen siquiera en el censo). Las variaciones consisten en que en Loranquillo se ha empadronado una persona y en Busnela ha desaparecido del censo su único empadronado.

Como en otras ocasiones, considero que tal vez sea más representativo el dato de localidades que no superan los 10 habitantes, que serían aquellos con probabilidad de no tener población "real" y en todo caso con alto riesgo de desaparecer. Siguiendo mis criterios de limpieza de aquellos que no pueden considerarse "pueblos", llegamos a la triste cifra de 246 pueblos o núcleos en esta situación. (el pasado año eran unos cuantos menos, 236). 

 En la lista de reducciones censales, podemos citar Hierro (Merindad de Cuesta-Urria) de 4 a 1, Campino (Bricia), de 5 a 2, Soto de Bureba, de 6 a 3 (pierde todo lo ganado el año anterior), Villafria de San Zadornil, de 9 a 4 o Irús de Mena, de 15 a 9.

Las ampliaciones del censo son bastante menos escasas y remarcadas. Citaremos Palazuelos de Cuesta-Urria, de 3 a 6 y Villaescusa de Tobalina, de 3 a 7.
 
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Coincidiendo con este repaso alcanzamos el SEXTO ANIVERSARIO  de este blog. Hemos superado ya las 800.000 visitas, casi 300.000 en el último año. Os sigo dando las gracias por seguirme, aunque una vez más me atrevo a pediros mayor participaciónen forma de comentarios, emails...yo por mi parte intentaré seguir con el blog el mayor tiempo posible, aunque por primera vez empiezo a tener dudas de si habrá un nuevo aniversario.
 
 

Isar

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Dedicamos hoy un pequeño artículo al pueblo de Isar, casi con más incógnitas que certezas. La primera parada la hacemos en la humilde iglesia de San Pedro, pensando que esa torre tronco piramidal se correspondía con la catalogada torre de Isar.
 
 
No estaba en lo cierto. La verdadera torre de Isar está integrada en una especie de "nave" y actualmente es prácticamente irreconocible. Según parece una de las ventanas de esta torre acabó en el Palacio de Saldañuela.
 
Segunda incógnita. En el casco urbano observamos este curioso ábside gótico integrado en un edificio residencial. Según parece se corresponde con la antigua iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, y la tradición popular la relaciona con los templarios.


 
Al menos así lo refleja la denominación de la calle.

 
Aún queda un templo más en Isar. Se corresponde con la orgullosa iglesia de San Martín, que nos saluda con su torre renacentista.


 
De la misma lo que más destaca es una portada del románico tardío.

Hormaza

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A Isar se accede gracias a una carretera que enlaza las autovías a León y a Valladolid. Pasado este pueblo, en dirección sur, pronto cruzamos el camino de Santiago y al poco llegamos al desvío que nos conduce al pueblo de Hormaza.

A la entrada del núcleo es imposible ignorar la voluminosa presencia del castillo. A medio camino entre una torre y un palacio, sorprende especialmente por la gran superficie que ocupa, pese a encontrarse en un lamentable estado de conservación, que le hace figurar en la triste “Lista roja” del patrimonio en peligro de España.
 
 


Aún se levantan orgullosos buena parte de sus altos muros de más de 15 metros de altura, almenados con remates en punta de diamante y complementados con matacanes.  En los lienzos aún podemos identificar los escudos de las familias propietarias. De la barbacana con cubos en las esquinas quedan restos bien visibles, no así del foso con que debió contar. Aunque limpio de maleza, el único “uso” que actualmente se da al castillo es albergar en lo que fuera su patio de armas una gran nave agrícola, construida en parte con las piedras del propio castillo. Según parece una ventana ha sido trasladada a una casa particular en la provincia de Ávila.
 
 
El palacio-fortaleza comenzó a levantarse a mediados del siglo XV, coincidiendo con la integración de este pueblo en el mayorazgo de la familia Castañeda, que pronto se constituirían como señores de Hormaza. Respecto a estos señores se conocen algunos datos sumamente interesantes. Los fundadores fueron Alfonso de Castañeda y María de Guzmán. Tras su hijo, el matrimonio designa como suplente a su hermana María de Castañeda y, a falta de ésta, a su sobrino Alonso, y no a su padre Gonzalo que al parecer era hijo ilegítimo.
 
 
Murió el fundador valientemente en san Esteban de Gormaz y su hijo muere joven. En este momento Gonzalo, el excluido, se hace con el mayorazgo por la fuerza en detrimento de su hermana. El carácter duro y cruel de este personaje quedó de nuevo de manifiesto al ser uno de los principales señores rebeldes en contra de Isabel de Castilla.
 
Tras causar importantes estragos desde la fortaleza de Portillo en la guerra de Sucesión; se vio obligado a huir a Portugal en 1476 al triunfo de la Reina Católica y fue castigado con el arrasamiento de su castillo de Villaldemiro. Al morir de parto su mujer casó en Portugal con Isabel de Silva. Más tarde volvió Gonzalo Muñoz de Castañeda al alcázar de Hormaza, en donde su brutal carácter volvió a mostrarse con el asesinato de su segunda esposa y su amante.
 
Tras esto huyó a Navarra. El rey le secuestró los bienes y lo dio al Condestable, que a su vez los cedió a su legítima dueña, María de Castañeda. No obstante en 1480 ésta ingresa en el convento de santa Eufemia de Cozuelos y cede los bienes a su sobrino Alonso.


La descendencia también protagonizó actos de similar naturaleza. El nieto de Gonzalo e hijo de Alonso, don Juan de Castañeda, levantó a sus vasallos contra los dictados del alcaide del castillo de Muñó. Sentenciados en 1528, los criados fueros condenados a ser paseados, a voz de pregonero, por las calles del lugar montados en un asno, con soga al cuello camino de la picota o rollo, para cortarles y clavarles en ella la mano derecha, pena agravada en caso de quebrantamiento, con la amputación de un pié. A otros de culpabilidad más atenuada, la pena se reducía a destierro y administración de cien azotes. Probablemente dicha picota sea la que hoy vemos, recientemente restaurada, en una de las plaza del pueblo.
 
 
En cuanto a don Juan, dada su calidad de caballero de linaje, sólo le alcanzaba la pena de destierro, cuyo quebrantamiento se sancionaba con multa de doscientos castellanos para la Cámara y fisco de su Majestad.
En 1695, poseían el señorío los marqueses de Villasidro, condes de Sumacárcel. Del año 1774 llega referencia de su casa fuerte, propia del conde de Orgaz (descendiente del del famoso cuadro), habitada simplemente por un administrador. Hoy la propiedad sigue en manos de esta familia.

Al otro extremo de la localidad, no lejos de la picota, se encuentra la parroquial. Se muestra como uno más de estos templos compactos que, a fuerza de numerosos, pasan más bien desapercibidos. El que escribe se fijó no obstante en un robusto moral que aparece junto a la misma.
 
 

Pero lo que nos trae hasta aquí es una inesperada y sorprendente portada románica. Además de los capiteles, la decoración se concentra en dos de sus cuatro arquivoltas, en las que aparecen representados, junto a otras escenas, los doce meses del año a través de los diversos trabajos campesinos llevados a cabo en cada uno de ellos.
 
 
 
 
 
 
 
Durante los siglos XI y XII, los de origen de esta portada, esta iglesia formaba parte de un pequeño monasterio que estuvo la órbita del desaparecido convento de San Cristóbal de Ibeas. Para más información, como siempre, recomiendo consultar la correspondiente página de la web "Románico Digital".
 
 

Ruta de senderismo: Pico Navas

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El pico Navas, con sus 1350 metros, forma parte de las últimas estribaciones de la sierra burgalesa en dirección sur. Desde aquí tenemos buenas vistas de toda la zona. Aunque el acceso más directo se realiza desde la localidad de la que recibe el nombre, Navas del Pinar, la ruta de hoy la realizaremos desde la cercana localidad de Hontoria del Pinar, por el área más occidental del espacio del Cañón del Río Lobos.

Dificultad: Baja
Orientación (sin GPS con track o cartografía): Fácil
Belleza: Normal
Tiempo y distancia: 4 horas y media (15,5 kilómetros)
 

Situación

Para llegar hasta Hontoria del Pinar saldremos en dirección sur siguiendo la A-1 y la N-234. Tras unos 70 kilómetros por esta última alcanzamos Hontoria, la última localidad de la provincia. A la altura del pueblo giramos a la derecha en dirección a la iglesia. Aparcamos el coche pasada la misma, en las inmediaciones de una picota medieval.

Puntos de interés

Puente y fuente romanas de Hontoria, Bosques de sabinas, vistas desde el pico Navas, sierra y valle de Costalago.

Descripción de la ruta

Junto a la picota (que presenta la peculiaridad de que su culminación es un capitel romano invertido) encontramos una bifurcación. Seguimos por la derecha unos pasos e inmediatamente tomamos una nueva calle hacia la derecha que rápidamente nos conduce a la salida del pueblo. Hemos entrado en una ancha pista que transita por terreno llano entra tierras de labor.

Pronto llegamos a la altura del Río Lobos. Junto al puente moderno y funcional encontramos otro bastante interesante de factura medieval. Continuamos por la pista hasta las cercanías de una nave ganadera aislada. Justo tras dejar atrás la misma encontramos un ramal que nace hacia la izquierda. Tomando el mismo pronto empezamos a ganar altura y nos introducimos en el monte, cubierto casi en exclusiva de sabinas.

El nuevo camino es menos marcado que el anterior, pero está perfectamente definido y se sigue sin ningún problema. Tras unas primeras curvas empezamos a distinguir las principales cumbres de las sierras del Mencilla, Neila y Urbión, e incluso más a lo lejos la continuación del sistema Ibérico.

Tras superar unas tenadas ganaderas seguimos ganando altura y sin mayor novedad llegamos al borde de los cortados rocosos que definen la sierra de Costalago, con el valle de Costalago justo bajo los mismos, haciendo frontera con la provincia de Soria. Aquí el camino se bifurca. Nosotros seguiremos en primer lugar hacia la derecha en busca del Pico Navas para regresar de nuevo hasta este punto y continuar por la otra opción.

Tras ganar más altura por una zona algo más despejada descubriremos con un poco de atención una alineación de piedras. Se trata de la primera muralla de un antiguo castro prerromano que ocupaba esta cima. Superada la misma entramos en una zona algo más pedregosa. Ya sin camino claro buscamos el lado más cercano a los cortados rocosos y pronto detectamos el vértice geodésico que marca el punto más alto de la meseta, el pico Navas.

No obstante es mejor continuar en la misma dirección hasta el vértice final de la altiplanicie, en la que se encuentra una gran cruz de madera. Desde aquí tenemos muy buenas vistas del pueblo de Navas del Pinar, en primer término, y de las tierras montuosas y boscosas que se descubren hacia el norte, oeste y sur. Podemos fijarnos también en las grandes rocas desprendidas de la cima y, hacia el sur, unas antiguas explotaciones minerales de caolín que se diferencia claramente por su color blanquecino.

Esta cruz tiene una curiosa historia. Al parecer fue construida por Segundo Camarero, experto ebanista que tras trabajar en Francia se instaló definitivamente en Navas del Pinar. Se inauguró en 1929.

Volvemos sobre nuestros pasos hasta el cruce principal siguiendo en este caso de frente. Nos vemos obligados a subir a una elevación secundaria. Como vamos paralelos a los farallones rocosos, podemos ver hacia nuestra derecha como el valle pasa a ser más agreste y boscoso. Por su parte el camino que seguimos también entra en una zona con más densidad arbórea.

Tras un tranquilo descenso llegamos a la altura de una ancha pista que asciende desde el valle. Unos paneles informativos y un mirador nos permiten disfrutar de la vista bucólica de la parte más interesante del valle de Costalago. En el fondo del mismo observamos una gran pradera donde pasta abundante ganado. Según la tradición, aquí tuvo lugar una de las acciones más interesantes del cura Merino durante la guerra de la Independencia, pero esa es otra historia de la que hablaremos en otra ocasión.

Tras los minutos de relax tomamos la pista hacia la izquierda, alejándonos del valle. Hemos de transitar por la misma algo más de dos kilómetros, primero en suave descenso y luego en ascenso. Se inicia un nuevo descenso junto a una clara curva hacia la derecha. Al poco, una oportuna señalización nos guía hacia un sendero que nace en el lado izquierdo.

Tras tomar el mismo pronto se vuelven a observar las calles de Hontoria, aún bastante por debajo de nosotros. El camino primero tiene cierta tendencia hacia la izquierda, pero pronto gira hacia la derecha para buscar un bonito vallejo que ya nos encamina directamente al pueblo. A la salida del mismo llegamos a la vera del río Lobos justo a la altura del bello “puente campanario” o “puente romano”, que aunque pudiera tener tal origen parece más bien de factura medieval. Se trata de una construcción muy interesante en lo que más llama la atención es la colocación de sus rústicas piedras y sobre todo el hecho de que dos de sus arcos se apoye sobre una gran roca.

Al otro lado del puente entramos directamente en Hontoria dejando en un lateral la ermita de la Virgen y un mirador. Siguiendo de frente pronto llegamos a la iglesia, pero puede resultar interesante desviarse por la primera calle de la derecha en dirección a unas naves (no hay que cruzar de nuevo el río), junto a las que se encuentra una fuente medieval que también es conocida como “fuente romana”.

Comentarios

Recorrido bastante sencillo sin desniveles largos ni acusados. El hecho de transitar casi todo el tiempo por caminos anchos o marcados facilita el avance pero empeora la sensación general. Debemos evitar el verano para realizar este trayecto.

La mayor parte del recorrido, desde Hontoria hasta el mirador de Costalago, aparece señalizado con pintura azul y roja. Desde aquí seguimos las indicaciones del sendero PR-BU-5, que forma parte de la red de senderos del Parque Natural del Cañón del río  Lobos.

El área de Hontoria del Pinar tiene importantes valores naturales y patrimoniales, para saber más de los mismo os recomiendo seguir la web de Raul Peñaranda.
 
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Track del recorrido(pulsa en el círculo verde para más información):





Video con imágenes del recorrido:
 

Escultura del agua: la cueva de Villaescobedo

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Las siguientes fotos corresponden al bello y relativamente conocido lugar de Covalagua; en terreno palentino pero a pocos kilómetros de tierras burgalesas.



La surgencia de Covalagua es la más importante vía de salida de las aguas que se filtran en el páramo de la Lora; pero no la única. A tan sólo tres kilómetros en línea recta, y ya en terreno burgalés, se localiza otra caudalosa surgencia (prácticamente desconocida) que también forma bonitas, aunque más humildes, cascadas. Recibe el nombre de Fuente de la Cueva.

 

 
Como se puede apreciar en las imágenes, la cueva está cerrada con una verja y de la misma sale una tubería. Ello parece indicarnos que el pueblo de Villaescobedo (que es el que más cercano se encuentra) se surte de estas aguas.



 
Aunque el lugar está apartado, sorprende que hasta el año 2010 no se realizase una exploración en profundidad de la cueva. Durante la misma se llegó casi a los cuatro kilómetros de longitud total, con posibilidades de ampliación.

 


Las aguas que surgen de la cueva nutren al arroyo de Mundilla, que, ya unido al Valtierra, vuelve a sumergirse en el páramo en la Cueva de Basconcillos para surgir poco después por la Cueva del Moro y el Pozo Verde. A partir de este punto todas estas aguas pasan a llamarse río Rudrón.

 


Como último dato curioso, mencionaremos que la Fuente de la Cueva de Villaescobedo se encuentra a menos de un kilómetro del trifinium en el que se juntan las provincias de Cantabria, Palencia y Burgos.

Para más información podéis consultar esta página web.
 
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