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Regreso a los pueblos del Silencio: Villalibado

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“Por los años del medievo,
junto al Brullés, y a su lado,
Nace la historia de un pueblo
que llaman Villalibado”

Villalibado se encuentra en las cercanías de Villadiego; tomando un ramal desde Arenillas de Villadiego. El pueblo se sitúa en una zona algo elevada, lo que permite tener una cierta panorámica de las tierras de labor de la zona.

Elías Rubio, en nuestro libro de referencia, nos cuenta que desde 1973, fecha de su despoblación, ha existido población de forma intermitente en el pueblo. Seguramente este hecho ha influido en que el estado general de los edificios haya sido siempre relativamente bueno. A finales de los ochenta dos hermanos compraron las casas de entrada al pueblo para montar una peculiar granja de pollos ecológicos. Antes de fin de siglo abandonaron el proyecto.

Manzana de entrada al pueblo en el año 2009. Aquí estaba la granja citada y hoy forma parte de uno de las alas del proyecto de alojamiento rural.

Al poco se reactivó la vitalidad de este pueblo por parte de sus antiguos pobladores. Así, por ejemplo, se restauró una fuente y el templo parroquial. En esta última se reedificó la derrumbada torre y se taparon los grandes boquetes que aparecían en la cubierta; consiguiendo con ello evitar una pérdida definitiva.


Fuente inaugurada en 1971 con ocasión de la traída de aguas. Rehabilitada en el año 2000
 
Imágenes de la iglesia antes de su rehabilitación. Fuente: villalibado.com



Imagen de la iglesia en 2009. Todavía vivía la "nogala". Se retiró, ya muerta, en 2015

Imagen de la pila bautismal; hoy en Burgos.
 
Imágenes recientes de la iglesia de San Salvador
 
El templo, de proporciones relativamente grandes, es de hechuras góticas, si bien conserva algunos restos románicos en canecillos, parte del ábside y en lo que parece ser un antiguo pórtico ya cegado. Por fotos sabemos que el interior aparece adornado por nervaduras góticas, aunque el patrimonio mueble ha salido del lugar: el retablo (con una original iconografía en relieve) se encuentra en el museo del Retablo, el sagrario en el Museo Diocesano y la pila bautismal en la Parroquia de la Inmaculada, todos ellos en la capital provincial. Hace poco se perdió la evocadora nogala que se encontraba a su vera.

 
Se aprecia una primitiva fábrica románica a la que se anexionó un ala gótica.
 
 
Arranque de lo que pudo ser una galería porticada
 
Con posterioridad, en el año 2006, los hermanos Ansótegui pusieron en marcha el proyecto de construcción del complejo de Turismo Rural “las de Villadiego”. Comenzada casi por casualidad, la iniciativa ocupa hoy en día las dos principales manzanas de casco urbano; representando ocho casas y un coqueto hotel rural. Esta encomiable iniciativa ha supuesto un antes y un después para esta pedanía de Villadiego.

 
Imágenes del "Torrejón" y la casa rectoral, correspondientes a 2009 y 2016.
 
 
Más imágenes del complejo "Las de Villadiego".
 
Hace siete años efectué mi primera mi primera visita al pueblo. Durante la misma mis impresiones fueron que la mayoría de las casas estaban en un estado relativamente bueno; siendo casi todas recuperables. También vi signos de una incipiente actividad reconstructiva, centrada especialmente en una especie de manzana de casas en torno a lo que parecía ser una antigua casa solariega.  En la misma llamaba la atención una torre apenas levantada del resto; conocida con el nombre de “El Torrejón”.



 

Imágenes de casas que no pertenecen al complejo turístico.
 
En mi reciente visita (hace unos meses) pude comprobar que los trabajos en torno a la citada manzana se encuentran totalmente terminados, siendo esta parte totalmente operativa para el turismo. Según parece la aceptación por parte de los clientes es muy alta; siendo un establecimiento muy recomendado. El aislamiento, en contra de lo que pudiera pensarse, juega a favor ante determinado tipo de clientes. Otro aspecto a valorar es su capacidad para acoger grupos relativamente grandes.
 
Más edificios en plena reforma

Entorno del lavadero restaurado. Nótese el palomar al fondo.
 
Antiguas escuelas. Hoy centro de usos múltiples.
Afortunadamente los trabajos no acabaron aquí. Se ha reconstruido el lavadero, se ha mejorado el entorno de la iglesia y se ha habilitado las antiguas escuelas en forma de edificio de usos comunes. En estas tareas ha tenido papel protagonista la junta vecinal, pues el lugar permanece como pedanía.
 
Es más, comprobé que se están reformando más edificios, aunque no sé si corresponden a una ampliación del complejo turístico o son independientes del mismo. Al respecto, pude cruzar unas palabras con unos paisanos y comprobar que la relación entre los antiguos pobladores (que regresan periódicamente al pueblo) y los promotores del centro de turismo rural es buena, existiendo un clima de colaboración.

Aún queda una parte del pueblo por recuperar
En definitiva, uno de los escasos casos de éxito en la recuperación de pueblos deshabitados de nuestra provincia.

 En internet existe bastante información acerca de Villalibado. Aquí tenéis algunos enlaces:

 - Si queréis saber algo más podéis consultar la página web del pueblo, en la que figuran unos cuantos datos  interesantes. Lamentablemente está un tanto desactualizada.
 
- Muy interesante es también la página web del proyecto “Las de Villadiego”. Además de información del establecimiento, incluye un vídeo descriptivo del proyecto (con imágenes del antes y el después) y un blog con interesante información turística; representando a mi entender un buen ejemplo de cómo realizar marketing digital de establecimiento rurales.
 
- El programa de Televisión de “Un paseo por la provincia” dedicado a Villalibado
 
- Artículo en el blog de Elías Rubio, con algunas imágenes antiguas
 
- Y hasta todo un libro editado por la Junta Vecinal, y que se puede leer por internet.

Rincones de Quintanar: El Peñedo y El Empedrado

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En el amplio término municipal de Quintanar de la Sierra es protagonista omnipresente el pinar. No obstante, dentro de esta apariencia homogénea podemos encontrar lugares como el Chorlón, Fuente Sanza, los yacimientos altomedievales de Cueva Andrés y Cuyacabras, y el Comunero de Revenga (LINK) (este último compartido con Regumiel y Canicosa). No tan conocidos son los dos lugares a los que dedicamos este artículo: El Peñedo y el Empedrado.
 
Tenadas de San Martín
Al lugar de El Peñedo se accede siguiendo una pista que nace desde las cercanías del camping y el acceso a la necrópolis de Cuyacabras. Esta pista sube hacia el cordal occidental de los Picos de Urbión, paralela al cauce de incipiente Arlanza. La pista en principio es practicable para coches; pero debido a la pendiente y el posible maltrato de las inclemencias meteorológicas sobre la misma, es recomendable dejarlo en la parte baja o, como mucho, subir hasta las tenadas de San Martín, a unos 1200 metros.
 

Diversas imágenes de "El Peñedo"
Desde este punto, en donde encontramos además robustos pies de roble, aún nos quedan unos cuatro kilómetros de ascenso, en los que alcanzaremos una cota superior a los 1600. En el último tramo, empezamos a intuir en la parte derecha una zona rocosa. En el entorno aparecen otros árboles salpicando el pinar: robles y hayas. Pronto encontramos una derivación en el lado derecho; la cual tomamos, y alcanzamos una caseta de vigilancia.


En el centro de la imagen, la zona rocosa de "El Empedrado"



 
Como no podía ser de otra manera, las vistas desde este lugar son muy amplias, especialmente hacia los pueblos serranos y la sierra de Neila. Pero además, la caseta se ha construido aprovechando un afloramiento de rocas cuarcitas. En el mismo existe cierta abundancia de roquedos de diferentes formas, dando un encanto especial al enclave. Cabe decir que El Peñedo da nombre a una afamada marca de embutidos locales.



Para llegar a “El Empedrado” hay que retornar hasta el pueblo y tomar cualquiera de las carreteras que ascienden a las lagunas (lo mejor es saber en cada momento cual se encuentra en mejor estado). Pasado “El Portón” y ya bastante cerca de la cima, encontramos la derivación al amplio edificio del refugio de montaña de Neila. Desde su parte trasera nace un sendero con escaso desnivel (hacia la derecha podríamos subir a las lagunas de Los Patos y Brava), que en menos de un kilómetro nos conduce a nuestro objetivo.

 
Aspecto general de "El Empedrado"
 
Peña Aguda desde "El Empedrado"

El “Empedrado” semeja una especie de enlosado rocoso asomado al vacío (y por ello de nuevo con buenas vistas). Al caminar por el mismo debemos estar atentos a las grietas existentes, algunas bastante anchas y de gran profundidad.
 
En el centro de la imagen el enclave de "El Peñedo". Algo más a la izquierda los picos de Urbión

La misma toma aumentando el zoom.


 

Ruta de senderismo: sendero de las Brujas

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Sencillo paseo por la zona de transición entre el páramo de masa y los cultivos de transición hacia la cuenca del Duero. Partimos de Cernégula, en cuyo término encontramos varias sorprendentes lagunas. Entre las mismas se encuentra la famosa “charca”, origen de la misteriosa leyenda de las brujas de este lugar.
 
Dificultad: Fácil
Orientación (sin GPS con cartografía o track): Media. Dependerá del modo en que se mantenga la señalización. A mediados de 2016 se encontraba en buen estado.
Belleza: Normal.
Tiempo y distancia: 2 horas y 45 minutos  (12 kilómetros)
 
 
Situación.
 
El inicio de la Ruta se encuentra cerca de Burgos. Para llegar al mismo hemos de salir por la N-623 hasta Sotopalacios. Aquí se toma hacia la derecha la C-629 hacia Villarcayo. Tras unos veinte kilómetros por esta carretera encontramos el pueblo de Cernégula. Aparcamos junto a una curiosa fuente.
 
Puntos de Interés
 
Caserío de Cernégula. Lagunas de Cernégula y de Venta la Perra. Manantial de Hontoria. Paisajes de transición.
 
Descripción de la Ruta
 
Partimos por las calles que van en dirección perpendicular a la carretera. Las casas muestran ese aspecto recio típico de la zona de páramos. Junto a la iglesia encontramos un interesante ejemplar de moral.
 
Pronto llegamos a la vera de la “charca de Cernégula”. Más allá de las misteriosas leyendas que rondan en torno a la misma, se trata de una masa estable de agua rodeada en su perímetro por una acera que permite un agradable paseo. Volvemos sobre nuestros pasos y buscamos un borroso camino que parece dirigirse directamente hacia el monte, buscando la carretera que baja del páramo.
 
Pronto el camino gira hacia el noroeste pasando a discurrir a caballo entre los campos de cultivo y la ladera del páramo. Subimos suavemente contemplando el paisaje. Poco antes de los dos kilómetros giramos hacia la izquierda y enlazamos con una pista que tomamos hacia la derecha. Pronto llegamos a un cruce en el que seguimos de frente y, al poco, a una desviación a la derecha que seguimos.
 
Volvemos a ascender dejando atrás poco a poco los cultivos. Al final de los mismos encontramos un curioso manantial natural denominado Hontoria. Seguimos ascendiendo y sin mayor novedad alcanzamos la carretera Poza – Villadiego. Casi enfrente encontramos otra laguna: La de Venta la Perra. (aún queda otra más aproximadamente a un kilómetro, pero se sitúa en terreno de una finca privada).
 
Seguimos caminando por la carretera hacia el oeste. Se trata de un tramo con árboles a los lados, tan poco habituales en las carreteras actuales. Tras una suave subida alcanzamos una curva hacia la izquierda, buscando un camino que nace en esa misma dirección. Avanzamos hacia un disperso bosque de carrascas alcanzando el punto más alto del paseo de hoy.
 
Localizamos unos antiguos cercados ganaderos en el nacimiento de una vaguada. Vamos hacia los mismos y seguimos caminando por la parte baja de la hondonada. Tras pasar una zona más cerrada de vegetación sorprendemos el tranquilo rumiar de un par de corzos. Pronto llegamos a un cultivo que bordeamos por la izquierda.
 
Enseguida alcanzamos el nacimiento de un borroso camino por el que descendemos. Llegamos al cruce en el que estuvimos hace un tiempo, pero justo en este punto giramos bruscamente hacia la derecha por un nuevo camino. Tras una corta rampa volvemos a descender hacia las tierras de cultivo. Tras pasar bajo una línea de alta tensión alcanzamos una nueva pista que seguimos hacia la derecha.
 
La pista traza una amplia curva hacia la izquierda entrando en una zona aún más despejada de arbolado. Se trata de una amplia recta de casi dos kilómetros de distancia. Pasada esta distancia encontramos un camino que nace hacia la izquierda y que se dirige hacia una loma. Llegamos a la misma superando la parte que más esfuerzo implica en todo el trazado.
 
Tras el corto ascenso aparece ante nosotros el pueblo de Cernégula. Siguiendo el camino vamos descendiendo paulatinamente hacia el pueblo, al cual entramos no sin pasar antes de nuevo junto a la laguna.

Comentarios


Sencilla ruta que se corresponde con el sendero de pequeño recorrido PRC-BU-213. Sobre el pueblo de Cernégula ya hemos escrito en otra ocasión.

 
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Track del recorrido (pulsa en el círculo verde para más información)


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Vídeo con imágenes del recorrido


Escultura del agua: manantiales de El Tobazo

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Hace unos meses publiqué una ruta de senderismo en la que se hacía mención a un manantial en las proximidades del pueblo de Moradillo del Castillo. Este manantial recibe el nombre de El Tobazo (no confundir con su homónimo en tierras cántabras), y si queremos acceder de manera directa al mismo deberemos continuar desde Moradillo del Castillo por la pista que lo comunica con San Andrés de Montearados.

Pasados unos 500 metros (con precaución la pista es practicable para turismos, aunque es recomendable dar un pequeño paseo) llegamos a las ruinas de lo que fue el Molino del Zurdo. Una pasarela peatonal permite pasar al otro lado (puede haber alguna complicación en épocas de fuertes deshielos). Frente a la misma tenemos la cascada artificial de la antigua presa molinar.
 
 
Si seguimos el sendero hacia la derecha enseguida alcanzamos el manantial de "El Tobazo". Aparece en forma de cascada que desciende por la ladera. Debido a la anchura, la abundancia de vegetación (aunque ha sido limpiado hace unos años) y el caudal limitado, el efecto visual no es muy espectacular.

 
Si demasiadas complicaciones podemos acceder a la parte superior, en donde comprobamos que el manantial surge de una cavidad relativamente amplia en su entrada, aunque la continuación parece compleja.


 
Bajando de nuevo al sendero y continuando hacia la derecha (dejando el río en ese mismo lateral); en unos 100 metros llegamos a otra surgencia. Aunque es todavía más estacional, su belleza es bastante mayor, tal y como podemos comprobar en estas fotos.


 
Con un poco de esfuerzo y habilidad podemos acceder hasta el nacimiento, una curiosa oquedad de apenas medio metro de diámetro.


 
Estas dos surgencias son fuertemente estacionales; variando sensiblemente su caudal incluso en cuestión de días. En realidad existe alguna surgencia adicional en las proximidades; si caminamos en la otra dirección (dejando el río a la izquierda), pero se encuentran bastante cerradas de vegetación.
 
Termino el artículo con un enlace a un pequeño vídeo de la segunda cascada (sonido original).
 

Antiguos monasterios burgaleses: la abadía de San Quirce

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¿Se esconde la abadía entre encinares,
avergonzada de su actual silencio
o buscando mayores soledades
a su tremenda soledad, sin monjes
que recen, ni campanas que acompañen?
 
 Bonifacio Zamora. 1950
 
En una apartada, privada y vigilada propiedad, en la parte inicial de la Tierra de Lara y lejos de miradas indiscretas, se encuentra una de nuestras más desconocidas joyas románicas: el templo de la antigua Abadía de San Quirce.
 
Imagen del templo, con sus característicos ábside y torre


Quiere la tradición remontar la fundación de este lugar al conde Fernán González, en fecha de 929. Así reza una inscripción que se halla en el arco de entrada del patio del monasterio y la carta de dotación del conde, y eso dice una escritura-ejecutoria de San Quirce del 1780.


Vista del lado norte. El husillo determina la altura de la primitiva torre románica
Según el origen legendario, en este lugar dio Fernán González su primera batalla y su primera victoria sobre los moros, el 16 de junio de 904, aunque la biografía del conde obligaría a retrasarlo algunas décadas. En memoria del acontecimiento, dio vida a la iglesia y abadía, poniendo como titulares a San Quirico y Julita, su madre, cuya festividad se celebra precisamente en esa fecha.


 
Se tiene una referencia del abad de este monasterio en 970.Posteriormente, en 1054, se constata una visita por parte del rey. En 1068 es agregado a la sede de Oca y posteriormente a la de Burgos. Esta adhesión era obligada para los monasterios que, como san Quirce, no quedaban bajo ninguna regla. En 1147 el obispo de Burgos consagra la iglesia, probablemente coincidiendo con el inicio de los trabajos del templo que ahora vemos, y transforma el monasterio en colegiata, atendida por un número muy reducido de canónigos, viviendo cada uno en su casa particular.


Dos imágenes de la torre con remate barroco
 
Cada canónigo poseía su propio ganado y explotaba a título particular las fincas del monasterio, pudiendo además disponer de fincas propias. Adicionalmente la colegiata cobraba el tercio de los diezmos de las localidades que quedaban bajo su jurisdicción, entre las que se incluían Hontoria, Tornadijo, Los Ausines, Tañabueyes, Torrelara, Quintanalara, Cubillo del César, Quintanilla de las Viñas, Mambrillas de Lara y Lara de los Infantes, entre otras. El abad también recibía una parte importante de los ingresos. En todo caso de éstos había que descontar los gastos de fábrica de la iglesia así como para otros fondos como cargas tributarias, apoyo a necesitados etc.


 

La vida religiosa se limitaba a la celebración de las correspondientes misas, generalmente cantadas. Se celebraba fiesta anual el 16 de junio, san Quirico, la cual tuvo lugar ininterrumpidamente incluso hasta 1920, bastantes décadas después de la exclaustración,  a la que acudían muchos vecinos de los pueblos del entorno. El abad, dignidad de la iglesia Catedral de Burgos, fijaba allí su residencia, lo que derivaba en un relajamiento de la disciplina del lugar y llevaba a no pocos conflictos entre éste y los canónigos residentes.


 

No dispongo de datos de la historia “central” de este monasterio, pero sí de su declive.  La colegiata fue suprimida en 1850, cuando sólo quedaba un canónigo en San Quirce. Éste entregó la iglesia con ropas, alhajas, libros y demás enseres al cura de Santa Eulalia de Los Ausines. Las reliquias de la cabeza de San Quirico y el brazo de Santa Julita fueron trasladadas a la catedral de Burgos. La lápida que cubría las mismas sigue en San Quirce. Ante su abandono como parroquial y su mal estado, a principios del siglo XX sus seis altares se trasladaron a pueblos cercanos. Tres de ellos se encuentran en la iglesia de Cubillo del Campo y otro en Hontoria de la Cantera. El coro del siglo XVII se halla en la iglesia de San Cosme y San Damián.


 

A partir de este momento la iglesia pasó a ser parroquial, siendo atendida desde alguno de los pueblos de alrededor, e incluso con cura propio, durante sólo algunas décadas; pues en 1868 sería agregada definitivamente a Cubillo del Campo. En esta última iglesia se encuentra parte de la documentación de la parroquia de San Quirce.
 
Algunos de los canecillos del ábside
Pasando a la parte arquitectónica y  artística, el templo de San Miguel Arcángel de San Quirce (único resto del antiguo monasterio) es uno de los elementos más singulares de nuestro románico. Consta de una única aunque espaciosa nave, que parece hacerse construido en dos fases, correspondiendo la primera de ellas al ábside. Sobre la parte central se levanta una torre con remate barroco a base balaustrada y gárgolas, que le dan un toque personal al templo. Esta torre probablemente sea sustituta de una primera fábrica románica.
 

Portada norte y torre
 
Además de la torre y de la propia calidad constructiva, el elemento arquitectónico más llamativo es sin duda la peculiar cúpula exterior  del ábside. Se trata de un cuarto de esfera cubierto por losetas de piedras escalonadas, y que en fotos antiguas aparecía parcialmente cubierto por un tejadillo. Este original aspecto da al edificio cierto aire oriental.
 
El abundante repertorio de la portada norte.
Escultóricamente destaca la gran abundancia y variedad de relieves repartidos por todo el templo y en variable estado de conservación, aunque en general no muy bueno. Los más interesantes se concentran en las dos portadas y en los arcos del interior. Llaman la atención no tanto por su calidad como por su originalidad.



Los arcángeles y algunas representaciones simbólicas. Nótense las inscripciones como SAMSON FORTISIMVS. 
 
La portada norte, ahora sellada, daba entrada al claustro. Debajo del tejaroz se hallan las figuras de los doce apóstoles, teniendo todos al lado escrito su nombre (las inscripciones al lado de los relieves son otra de las peculiaridades de este templo). Debajo aparece el pantócrator con los evangelistas. Acompañan escenas de la vida de la Virgen y otras más alegóricas.



Escenas de la vida de la virgen
 
Cristo majestad con el tetramorfos.
 
Parte del apostolado
 
El pórtico principal del oeste es uno de los mejores ejemplares de su clase que se conservan en Castilla; no tanto en su abocinada portada con decoraciones geométricas, como en los canecillos y metopas que se encuentran bajo su tejaroz, un auténtico muestrario de escenas de los padres primitivos y de la historia de Caín y Abel que incluso ha sido objeto de estudios específicos.


Portada oeste
 
Se alternan imágenes de los padres primitivos, en los canes, con otras más alegóricas. El padre eterno; un personaje con la explicación aclaratoria "MALA CAGO", Adán y Eva en dos escenas, un Gallo y una escena de lucha.
 

El ángel que expulsa a Adán y Eva, otra lucha, Adán y Eva con el fruto prohibido, Caín y Abel, Abel pastor, Cordero que ofrece Abel.

Caín con la espada, un Gallo, Abel ante la amenaza de su hermano, otro personaje defecando y finalmente Dios reprendiendo a Caín. Todos los relieves disponen de inscripciones explicativas, en ocasiones parcialmente borradas.
 
En el vacío interior son muy interesantes los relieves del crucero, referidos a pasajes del antiguo testamento. También aparecen otras escenas figuradas en otros puntos, de elaborada y compleja interpretación.

Dos imágenes del interior de la iglesia


Capitel del pecado original

Abel cuidando de su rebaño. Como en muchos otros capiteles, en el cimacio se lee una inscripción explicativa.

Cristo majestad y leones afrontados.

Tres capiteles: Caín y Abel haciendo sus ofrendas, encestado muy trabajado y mujer mordida por serpientes.

Los mismos capiteles desde otro ángulo. Caín mata a su hermano, mientras en primer plano un león a punto de devorar a un hombre.

Personaje humano y mono sujetado por el cuello.

Es importante reseñar que la iglesia y sus edificios anexos formaban parte de lo que se denomina “coto redondo”. Durante la desamortización el mayor interés radicaba en el potencial agrario y forestal de la finca, que fue subastada en 1844. En 1870 el coto pasó a Francisco Bajo, importante propietario de Burgos por compra al conde de Altamira. Por herencias se transfirió a distintos miembros de la familia, hasta que en 1982 fue vendida a la familia Antolín, en cuya propiedad permanece actualmente.
 
Cabe decir que el coto original tenía una extensión de 662 hectáreas (la gran mayoría de encinar), pero que por compras de terrenos aledaños ha llegado a superar el millar, siendo la novena finca en extensión de toda la provincia. Las visitas al lugar, acotadas exclusivamente a la iglesia, están bastante restringidas y sólo se pueden realizar mediante cita previa.

 
Imagen de la finca de San Quirce.

Escultura del agua: Cascada de Sedano

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En la parte alta del pueblo de Sedano, aproximadamente a un kilómetro del núcleo principal, se encuentra el llamado barrio de Lagos. Aquí el río Sedanillo o Moradillo forma una bonita cascada en un paraje embellecido por un puente de origen medieval y un antiguo molino que aprovechaba el salto de agua.
 
 

Ruta de senderismo: fuentes del río Moradillo

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Sencillo recorrido que combina bonitos senderos por sombreados fondos de valle, con la paramera del norte burgalés. El punto culminante es el emblemático dolmen de las Arnillas, el más interesante de los estudiados en la geografía burgalesa.

Dificultad: Media. Hay dos subidas principales que son más llevaderas si no están dificultadas con la nieve.
Orientación (sin GPS con track o cartografía): fácil
Belleza: Alta
Tiempo y distancia: 3 horas y media (12 km).






Situación
 
Hay que seguir la antigua N-623 a Santander hasta el kilómetro 36. Aquí tomamos el desvío hacia Sedano. Tras un largo descenso, y antes de llegar a este pueblo, tomamos la pista que hacia la derecha conduce a Moradillo de Sedano. Este disperso pueblo tiene su grupo más notorio de casas al final; en la dirección que seguimos. Aquí salimos de la carretera hacia la izquierda y dejamos el coche en una amplia plazoleta.
 
Puntos de Interés

Senderos de ascenso por el arroyo de la Ruyuela y de descenso por el rio Moradillo. Vistas desde la parte alta. Dolmen de las Arnillas. Iglesia románica de Moradillo de Sedano (opcional).

 
Descripción de la Ruta
 
Desde la plazoleta buscamos la carretera en las cercanías de un parque infantil.  Inmediatamente llegamos un puente que salva las aguas del río Moradillo o Sedanillo. Al otro lado vemos sendos caminos a izquierda y derecha. El de la derecha es el que hemos de tomar mientras que el de la izquierda es por donde se efectuará el regreso.
 
Empezamos a caminar por el citado camino. Junto al mismo baja el cantarín arroyo de la Ruyuela. Pronto dejamos atrás las últimas edificaciones del pueblo y sorprendemos el rumiar de una pareja de corzos.
 
Minutos después salvamos el río y continuamos por este bonito camino paralelo al cauce y también a la carretera que se dirige a Quintanaloma. La vegetación cercana se compone principalmente de árboles de ribera, mientras que más arriba de las laderas se identifica las ralas plantas típicas de la zona de páramos.
 
Tras otro tramo superamos otra vez el arroyo y llegamos a una bifurcación. El camino principal sigue de frente mientras que nosotros hemos de buscar un sendero que remonta un valle más encajonado, a nuestra izquierda. Desde aquí la pendiente es más acusada, pero llevadera. Enseguida superamos una corriente de agua que brota de la misma ladera.
 
Avanzamos por la ladera sombría del valle. Por ello las recientes nieves cubren totalmente el sendero haciéndole aún más interesante de lo que ya es de por sí. Sin duda ello compensa el esfuerzo que se va acumulando para continuar el avance por el blanco elemento. La sensación es aún más agradable por el discurrir del arroyo bajo nosotros.
 
Por un momento el vallejo se encajona pero vuelve a abrirse. Ahora el sendero es festoneado por esbeltos ejemplares de quejigo. La carretera siempre va paralela a nuestro avance, a veces más cerca y a veces más lejos. Tras cerca de dos largos kilómetros de subida empezamos a intuir el pueblo de Quintanaloma. Cerca ya del mismo ignoramos una desviación hacia la derecha.
 
La primera construcción con la que nos encontramos es un restaurado lavadero. Accedemos inmediatamente al pueblo, que conserva bien sus típicas casas de piedra del páramo. Destaca una antigua torre fortificada, bastante modificada, con una bonita ventana renacentista. Subimos casi hasta la salida del pueblo hasta localizar el inicio de la pista que conduce hasta el despoblado de Loma. Pasamos junto a la iglesia, que se edificó a mediados del siglo pasado aprovechando el ábside de la antigua iglesia de Loma, y salimos del pueblo.
 
De frente destaca la antigua iglesia, situada en un privilegiado altozano algo alejado del pueblo. Se pregunta uno que razón fue la que llevó a edificar allí una iglesia; tal vez tenga algo que ver con los dólmenes ubicados en los alcores de la comarca o tal porque el antiguo pueblo se situaba en torno a este templo. Esta iglesia fue recuperada gracias al trabajo de los vecinos, cuando ya había sido empleada como almacén de maquinaria. Actualmente acoge un pequeño museo dedicado al románico.
 
Llegamos a una bifurcación saliendo de la pista que conduce a esta iglesia. Seguimos por un camino alternativo, a la izquierda, que sube lentamente. A nuestro alrededor el paisaje despejado de la alta zona de páramos. Distinguimos a lo lejos algunas cimas nevadas: Sierra de la Demanda, aerogeneradores del pico Otero, Alto Campoo y montaña palentina, Peña Amaya…
 
Llegamos al punto culminante del suave ascenso. De frente y bajo nosotros encontramos los restos del pueblo abandonado de Loma. Más hacia la derecha aparece la ermita de Santa Ana, edificio también en una peculiar ubicación, colgada del barranco del rio Moradillo. Bajamos hacia el pueblo, lugar que alcanzamos rápidamente. Seguimos un cruce hacia la derecha, ya entre los arruinados edificios, dejando atrás algunos otros en mejor estado pero aparentemente también deshabitados (tenemos la opción de acercarnos a un mirador siguiendo de frente, en cuyo caso deberemos volver hasta este punto).
 
El camino que tomamos se acerca a la ermita de Santa Ana. Como a unos 300 metros de la misma tenemos dos opciones. La primera consiste en seguir por el camino de la izquierda comenzando el descenso hacia el barranco. La segunda, por la que nos decidimos, es acercarnos hasta el sencillo edificio que también fue rehabilitado por los vecinos de Quintanaloma. De frente, al otro lado del valle, hemos de fijarnos en una clara abertura en el frente rocoso que limita el barranco, es importante ya que por aquí se efectuará el ascenso hacia el dolmen de las Arnillas.
 
Para continuar buscamos un practicable destrepe desde la parte izquierda de la ermita. Bajamos con precaución el fuerte desnivel hasta enlazar con el camino que hubiéramos tomado caso de seguir la otra opción. Siguiendo este camino giramos bajo la sombra de la peña que acoge la ermita y llegamos a otro giro. Aquí seguimos hacia la izquierda pasando a la otra vertiente del vallejo, ignorando un sendero que sigue remontándolo.
 
Pronto alcanzamos la fuente y lavadero de Santa Ana, que se nutren de un manantial que podría considerarse el nacimiento del río Moradillo o Sedanillo. Unos pasos después tenemos que tomar la principal decisión del recorrido: O bien iniciamos el descenso, o bien completamos la ruta ascendiendo hacia el dolmen de las Arnillas. La diferencia son 3 kilómetros (entre subida y bajada) y un desnivel de unos 150 metros.
 
Con mucha atención localizamos los rastros de senderos que suben paralelos a un arroyo intermitente que viene por nuestra derecha. Tampoco es fundamental su localización, pues la tarea más importante es ir evitando los arbustos. Ascendemos con cierto esfuerzo hacia el paso que vimos desde la ermita, con poca pérdida posible. Son evidentes los restos de antiguos muros.
 
Un estrechamiento nos lleva a la parte alta siguiendo un sendero que pudiera tratarse de un antiguo camino. A la izquierda se intuyen antiguos cercanos mientras que las ladera aparecen ocupadas por plantaciones de pinos. Unos centenares de metros más adelante llegamos a un encuentro de dos vaguadas. Superamos con cierta facilidad dos alambradas (creo que su objeto es precisamente proteger las plantaciones) y seguimos por la hondonada de la izquierda.
 
Podemos seguir por la misma hasta su final, al encuentro de una nueva alambrada, pero es mejor ir desviándose por la ladera de la izquierda para ganar algunos metros. Avanzando de esta manera entre los pequeños pinos buscamos la confluencia de la alambrada que viene por nuestra izquierda, por encima de nosotros, con otra que aparece por la derecha. En este punto hay una especie de portilla que superamos. Desde aquí torcemos un poquito hacia la derecha y nos incorporamos a un camino evidente que nos permitirá culminar el ascenso.
 
Por una pendiente más llevadera vamos alcanzando el dolmen de las Arnillas (LINK), que se encuentra en el punto más alto de la zona a 1045 metros de altitud. Sin duda se trata de un lugar especial tanto por su ubicación, con amplias panorámicas en todas direcciones, como por su tamaño y buen estado de conservación.
 
Tras disfrutar del enclave deshacemos todo el último tramo, de forma mucho más rápida debido al carácter descendente y a que ya hemos memorizado el mejor trayecto. Una vez en el camino cercano a la fuente el avance se simplifica ya hasta el final del recorrido. El sendero es similar a aquel por donde ascendimos al inicio de la ruta, también acompañado por el discurrir del regato. Por las orillas caen pequeños chorretones de agua que van nutriendo al incipiente río Moradillo. Nos acercamos a uno buscando un humilde salto de agua.
 
Al poco hay que pasar al otro lado del río. El camino pasa a ser una estrecha y deliciosa vereda que transita entre quejigos, en un plano algo superior al cauce. Observamos que el fondo del vallejo se ensancha y por momentos aparece encharcado de agua. Este tramo continúa de esta manera durante un buen rato. En algunos momentos giramos obligados por las formas de las canales que bajan por nuestra izquierda.
 
Avisados por el oído observamos en la pared de enfrente, a cierta distancia, un chorretón de agua que surge y se desliza desde la misma roca. Poco después el sendero se trasforma en camino; junto a un nogal casi seco que con su cerca de seis metros de perímetro es uno de los ejemplares más gruesos que he visto.Seguimos descendiendo hasta que va apareciendo ante nosotros la robusta iglesia de Moradillo ubicada, como no, en un emplazamiento elevado. Poco a poco nos vamos acercando a las casas, siguiendo el rumor del arroyo, hasta alcanzar el puente del inicio del recorrido.
 
Comentarios
 
Salvo el enlace y posterior regreso hasta el dolmen de las Arnillas, este recorrido se corresponde con el sendero de pequeño recorrido PRC-BU-3 “Valles románicos”. Por su codificación vemos que es uno de los primeros senderos que se señalizaron en la provincia, tras el del cañón del Ebro y el que yo llamo “Sendero de los pueblos con Solera”. Yo pensaba que este sendero estaba descatalogado pero en el momento de realizar la ruta la señalización era bastante correcta. Por lo demás, es un recorrido fácil de seguir.
 
Visto a posteriori, creo que no merece la pena acercarse hasta la ermita de Santa Ana, la cual por otra parte observamos a corta distancia durante cierto tiempo. Es factible efectuar el descenso desde el dolmen de las Arnillas hacia un punto más bajo del barranco del arroyo Moradillo, para acortar tiempo y distancia (creo que se podría acortar cerca de dos kilómetros); pero como no hay sendero e implica cierta dificultad técnica y orientación, he creído conveniente proponer el descenso por el mismo lugar que se asciende.
 
Aunque en esta descripción no se considera, es inexcusable visitar, para aquellos que no la conozcan, la iglesia de Moradillo de Sedano. Conserva del periodo románico una excepcional portada así como otros interesantísimos elementos en su interior.

El río Moradillo tiene un recorrido de unos diez kilómetros antes de verter sus aguas al Rudrón a la altura de Covanera. A medio camino, a la altura de Sedano, forma una bonita cascada que mostramos en nuestro anterior artículo.

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Track del recorrido (pulsa en el círculo verde para más información)


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Video con imágenes del recorrido
 

El Dolmen de las Arnillas

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Con casi toda probabilidad el dolmen más interesante de la provincia de Burgos, muestra la estructura típica de sepulcro de corredor y cámara circular en el centro, siendo el de mayor tamaño de los que se pueden visitar actualmente.



Pero lo que tal vez llama más la atención es su ubicación. Alejado de cualquier carretera, su ubicación en lo más alto de la zona, a más de 1000 metros de altitud deja bien claro que la misma no es casual, pudiéndose ver muchos kilómetros a la redonda.



La forma de acceso más habitual al dolmen de las Arnillas es a partir de la Carretera de Gredilla de Sedano-Pesadas, bien por el Valle de la Granja (empieza a la derecha de la carretera, unos 2 kilómetros pasado Gredilla) o un poco más adelante, cuando se corona el ascenso (esta segunda opción permite acercarse algo más con el coche, pero deberemos andar si no tenemos todo terreno). También es posible acceder desde los pueblos de Moradillo de Sedano o Quintanaloma, siendo factible una interesante ruta circular.

Las siguientes imágenes están tomadas en invierno de 2016

En su interior se descubrió un importante osario colectivo y un amontonamiento de 13 calaveras que sugiere un posible culto al cráneo. Como en otros enterramientos similares, son excluidos los cadáveres de niños. Fue levantado en el periodo neolítico, hace unos 5000 años, aunque fue usado durante un periodo bastante largo.



Como dato curioso, todos los dólmenes de la zona tienen el corredor orientado hacia el sureste, de modo que se consiga que entre por el mismo la primera luz del sol del solsticio de invierno. Este hecho tiene una evidente relación con las creencias de la cultura que creó estas construcciones.




Termino el artículo con un pequeño vídeo.


Palacio de Saldañuela

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Ala norte, la más modificada
 
Bello palacio del renacimiento.
Líneas esbeltas. Arcos uniformes,
que arrancan de labrados capiteles
para tenderse en galería doble,
sin que apenas la sombra del alero
la claridad del canecillo asombre.
 
Vista Noroeste


Reloj de sol, al mediodía, en piedra
cuadrada en medio de cuadrada torre.
Patio interior, de gráciles columnas.
¿Dialoga en él la luna con la noche?
¿ o dialoga en el mucho con la fuente,
que por los pechos de las gracias corre?
Las gracias que rieron desnucedeces,
lloran injurias y mutilaciones.
 
Entrada noroeste
 
Aquí vivió Doña Isabel de Osorio,
una dama bienquista de la Corte,
mas no del vulgo, que manchó su fama
Con el más verecundo de los motes.

(Bonifacio Zamora, 1950)

Detalle de la ventana noroeste. Las imágenes talladas representan muy probablemente a Isabel y al propio rey.
 
En los aledaños de Burgos, en los primeros kilómetros de la carretera que conduce a Soria, encontramos el palacio renacentista de Saldañuela, uno de los escasos ejemplos de este tipo de construcciones fuera de la capital. El pago de Saldañuela es nombrado ya en un documento del año 1044. Contra lo que pudiera pensarse, no está en el término de Saldaña, la localidad más cercana, sino en el de Sarracín.
 
Fachada oeste. Se observa una puerta que daba acceso directo a los antiguos jardines
 La primera vez que aparece citada la torre es en 1475, fecha muy cercana a la de su probable construcción. A simple vista se puede apreciar que su edificación es anterior, alrededor de un siglo, a la del palacio, habiendo aprovechado este último la atalaya para ocupar una de sus esquinas.
 
Fachada sur, con la doble galería porticada característica del edificio
La propiedad original era del Duque de Arévalo, aunque la misma sufrió varios cambios voluntarios y forzosos. En pocas décadas pasaría por las manos de Sancho de Rojas, el cabildo de la Catedral y el Condestable de Castilla.
 
Torre medieval adosada al sureste del palacio
 
En 1556, El nieto de este último vende la propiedad de la torre y las 360 fanegas de sembradura que la rodean a Doña Isabel de Osorio por la cantidad de 6800 ducados. Isabel Osorio era descendiente de la familia de los Cartagenas, por lo que pudo haberlos aportado de su patrimonio, aunque otras versiones sostienen que fueron abonados por el tesorero real.

El reloj es posterior a la construcción original. La ventana procede de la torre de Isar y fue colocada aquí en la reforma de mediados del siglo XX, cuando su ubicación original se encontraba ya en muy mal estado.
 
Y es que es bastante conocido el hecho de que Doña Isabel de Osorio fue amante durante más de quince años deFelipe II. Tanto que se la ha denominado tradicionalmente como “la puta del rey”; y a este palacio como el “palacio de la puta”. Hoy en día los estudiosos se inclinan más bien por explicar que este apelativo fue acuñado y difundido por los numerosos opositores que tuvo la relación: la Corte, rivales amorosas, propietarios de la zona... Felipe e Isabel tuvieron una historia de amor, aunque por razones obvias condenada a no materializarse nunca en matrimonio.
 
Vista parcial del patio interior.
 Y ¿Qué prueba de amor mayor que la edificación de este palacio y la compra de amplias propiedades aledañas? El dominio se completaba en 1562 con la adquisición de la jurisdicción de Sarracín y pueblos cercanos por valor de 700.000 mrs. En estos momentos ya deberían haber comenzado las obras del excelente palacio de gusto italiano.
 
Fuente de las tres gracias. Originalmente se accionaba con un pedal y el agua salía de los pechos de las figuras. Las imágenes laterales presumiblemente también representan a Isabel y Felipe.
En 1574 Isabel formaba un mayorazgo en torno a su sobrino Pedro de Velasco, aunque algunos dicen que era uno de los dos hijos naturales tenidos con el rey. En él entraban la torre, palacio y tierras de Saldañuela, un juro de dos millones de maravedíes, diversos bienes cercanos a Sasamón, abundantes y extraordinarias joyasy el patronato del monasterio de Trinitarios levantado en Sarracín por ella, que sería su panteón al morir en 1589.
 
Reloj de sol orientado al oeste. Existían en el patio interior tres peculiares relojes de sol orientados respectivamente al sur, oeste y este.
El mayorazgo fue pasando hacia las siguientes generaciones, a familiares cada vez más lejanos, y se fue devaluando rápidamente merced a los numerosos litigios emprendidos por los propietarios más poderosos de la zona contra el mismo.
 
Predela medieval procedente del monasterio del Espino, cercano a Santa Gadea del Cid. Fue vendido por los monjes mediado el siglo pasado a unos particulares franceses. Quiso la casualidad que la pieza fuese interceptada en la frontera. La Diputación ejerció el derecho de tanteo con el apoyo económico de la Caja; quien al final quedó como propietaria de la obra. Se encuentra en la pequeña capilla del Palacio, junto con un altar procedente de Villamuriel del Cerrato.
 
Un pavoroso incendio acontecido en 1788 terminó con la totalidad de un bien mueble. Mediado el siglo XIX el edificio y propiedades pasan a manos de la familia Barbadillo, que las usa para explotación agropecuaria; un siglo después es adquirida por la Caja de Ahorros Municipal de Burgos.
 
Preciosa escalera de acceso a la primera planta. Se cuenta que la anchura de los espacios es debida al deseo del rey de acceder a caballo hasta la propia habitación de la pareja. Los techos son modernos.
 
El palacio se encuentra en ese momento en un estado lamentable. Los techos a punto de colapsar y un más de metro de escombros y basura acumulados en el ahora admirable patio. Las amplias obras de mejora permiten recuperar el esqueleto del edificio salvo las fachadas norte y este (nuevas mejoras se efectuaron a finales del siglo).


Repartidos por el palacio hay varios escudos con las armas de los Osorio en un campo y sin tallar el otro. La idea era que fuesen rematados cuando Isabel contrajera matrimonio; pero permaneció soltera toda su vida.
 
Originalmente se dedican las instalaciones a Escuela de Capacitación Agropecuaria, aprovechando la amplitud de la finca y los edificios auxiliares que aún se encuentran al otro lado de la carretera. Con el paso de los años la Caja se desprende de la mayor parte del coto redondo (hoy son propiedad del Grupo Siro, lo mismo que Torrepadierne) y va destinando el edificio a actividades formativas y usos propios. Son conocidas las sucesivas ediciones de las colonias veraniegas desarrolladas en el lugar.

Vista de la galería superior. A la izquierda queda la gran sala que actuaba como habitación principal del edificio. La puerta del fondo daba acceso a un pequeño cuarto con vistas directas a la capilla.
 
Desde hace unos años se alquila la finca para celebraciones matrimoniales y otros eventos. Desaparecida la Caja, es la Fundación Caja de Burgos la que sigue ejerciendo la propiedad del lugar. Se puede visitar los viernes no festivos; mediante visita concertada.
 
Restos de la iglesia del monasterio de Sarracín fundado por Isabel de Osorio; hoy reducido a una simple ermita. En la misma parece que descansan sus restos y los de sus hijos. Hasta hace unos años había algunos restos más; pero desaparecieron al desarrollarse las urbanizaciones circundantes.

Sobre el tejaroz de la portada se encuentran nuevos escudos incompletos con las armas de los Osorio.
 

Escultura del agua: Nacimiento del río Jerea y Puente Nuevo

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La zona al norte de Quincoces deYuso  se constituye en una especie de "queso gruyere" en el que el agua va creando surgencias, sumideros y resurgencias que acabarán conformando el rio Jerea en función del muy variable régimen de precipitaciones y deshielos.
 
La surgencia se encuentra justo debajo de la carretra
De todos éstos, quizás el que más carácter tenga de nacimiento del río sea la surgencia conocida como Cueva del Agua, Cueva del Molino o Fuente abajo.
 

 
Se encuentra a escasos metros de la localidad de Relloso, en un plano inferior. De hecho un pequeño cartel señala el rápido descenso hacia el lugar. Uno de sus nombres deriva de la existencia de un molino, ahora arruinado, a escasos metros de la amplia cavidad desde la que mana el agua. También hay signos de que el agua es utilizada para el suministro de la localidad. Ha sido explorada por el G.E. Niphargus, que apenas ha podido alcanzar unos pocos centenares de metros.

 


No muy lejos, rio abajo, encontramos otro espacio interesante: Un curioso encajonamiento del río (en algunos sitios se le llama cañón del Jerea). He visto alguna foto de este tramo en la que el río transita en forma de torrente, pero este es el aspecto que tenía en un periodo de deshielo normal.
 


 La proximidad entre las rocas  permitió en su momento la creación de un curioso puente rústico de un solo arco, conocido como Puente Nuevo. Sigue siendo uno de los principales accesos al monte Gurdieta, del cual hablaremos en este blog en un futuro próximo. Cuentan algunos que se construyó en un día.
 


El puente está construido mediante un gran trabajo de "piedra en seco".

Termino el artículo con un pequeño vídeo de la Cueva del Molino.
 

La festividad de San Sebastián en Villasandino

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Hace ya cinco años realizábamos en este blog un pequeño repaso de algunas de las celebraciones que con motivo de la festividad de San Sebastián tenían lugar en la provincia de Burgos. De entre todas, tal vez la más original y destacada desde el punto de vista etnográfico sea la que tiene lugar en Villasandino.

En esta localidad, como en otras de nuestra provincia, es la cofradía de San Sebastián la que se encarga de desarrollar los actos festivos. Y en realidad en este caso es la propia cofradía, llamada popularmente “Cofradía de las Chisteras”, la que representa el principal valor patrimonial de esta festividad.

Los cofrades salen de su lugar de reunión. Todas las imágenes se corresponden con la procesión del domingo por la mañana.

La actual Regla de la Cofradía de San Sebastián de Villasandino fue redactada en el año 1829, aunque con toda probabilidad es bastante anterior. Estas reglas u ordenanzas de comportamiento de los cofrades han ido desapareciendo o diluyéndose en la mayoría de los casos (a menudo con la desaparición de la propia cofradía), pero no ha sido este el caso de la del lugar que nos ocupa.
 
Fue a finales de los años ochenta y hasta prácticamente el año 2000 cuando la cofradía iba languideciendo; subsistiendo a duras penas con siete hermanos y algunos voluntarios del propio pueblo que les acompañaban para que la procesión fuera más numerosa. Fue a partir del año 2002 cuando la festividad se revitaliza un tanto; fundamentalmente con el cambio de la regla para que la festividad pudiera celebrarse en fin de semana. Desde entonces, pese a que se han perdido algunos de elementos originales del funcionamiento de la cofradía, se han podido ir recuperando otros que se habían dejado de practicar.

Las dos filas de cofrades comienzan la procesión al ritmo del "tamboritero"
 
Por ejemplo en la Regla queda establecido que la Cofradía no puede tener más de 24 miembros o hermanos (todos hombres). En otros tiempos más florecientes cuando el pueblo tenía mayor número de habitantes, eran tantos los que querían ingresar en la misma Cofradía que había que esperar varios años para poder hacerse cofrades; situación ésta lamentablemente muy diferente de la actual. 

La Regla de la cofradía establece como deben comportarse los hermanos entre ellos y cómo deben ser los oficios religiosos; aunque hay otros aspectos tradicionales de la festividad que no aparecen recogidos en la misma. Antes de abordar una breve explicación del desarrollo de la fiesta, vamos a realizar una breve descripción de los personajes que intervienen en la misma y su vestimenta.
 



El tamborilero o tamboritero es una persona ajena a la cofradía cuya misión es tocar durante los días de la fiesta. Se encarga de llamar a reunión tocando el tambor y también abre las procesiones delante de los cofrades. Tañe un toque monótono y monocorde que con el paso de los años la gente dio en sacar una pequeña cancioncilla que se asemeja al sonido del tambor.


 San Sebastián, san Sebastián
un cuartillo y medio de pan,
que le den, que le den,
que le den tortón.
que le den, que le den,
que le den tortón.

 
Los cofrades saliendo de la iglesia de Barriuso con la imagen del santo.

El Capitán es el personaje principal de la fiesta el día del Santo. Representa con su traje militar la figura de san Sebastián (santo mártir) que también fue militar y jefe de la guardia pretoriana del emperador Diocleciano. Va vestido a la antigua usanza, con un traje militar de gala de aspecto decimonónico. Lo más probable es que el aspecto del traje y la bandera de España que porta el Capitán tengan su origen en la Guerra de la Independencia Española y en un posterior ensalzamiento patriótico después de vencer a los franceses.

Encabeza, montado a caballo, la procesión del Santo. Durante la misma hace galopar al caballo y baila la bandera que porta en la mano. Durante la misa del Santo permanece de pie erguido en el lado derecho del altar, con la bandera en la mano hasta que termina la misa.
 



Los cofrades son los verdaderos protagonistas de la cofradía y los que la han mantenido viva a lo largo del tiempo. Su vestimenta les confiere ese aire de antaño que envuelve a toda la cofradía. Curiosamente nada sobre la indumentaria aparece en las reglas, con lo que no sabemos desde cuando se empezaron a utilizar esas chisteras y capas de color negro que son lo que más llaman la atención y lo que verdaderamente caracteriza a toda la celebración. Sí que se citan en las reglas la vela y saeta, símbolo del martirio de San Sebastián, que porta cada hermano como emblema de la cofradía durante sus actos públicos.

La víspera de la fiesta se correspondía originalmente con el 19 de enero; y ahora con el viernes más cercano al día 20. El tamboritero da la vuelta al pueblo tocando el tambor para llamar a reunirse a los hermanos. Una vez reunidos salen en procesión a la iglesia de la Asunción o de la Villa donde tienen lugar los oficios religiosos. Una vez terminados los rezos se volvía a la casa del Mayordomo donde tenía lugar la cena de hermandad. Hoy en día el lugar de reunión son las antiguas escuelas de párvulos del pueblo y la cena de hermandad se ha sustituido por un pequeño aperitivo. 

El capitán se incorpora a la procesión. El honor de ejercer de capitán recaía en el Mayoral, aunque este aspecto se ha ido perdiendo a medida que se han dejado de tener caballos en el campo y que frecuentemente los cofrades no saben montar.

El día del Santo tradicionalmente se celebraba el 20 de enero, coincidiendo con la festividad de san Sebastián (santo mártir). Después de trasladar la fiesta al fin de semana, se celebra el sábado más próximo al día 20 de enero. El día empieza de mañana para bajar el Santo de la iglesia de la Asunción (popularmente de la Villa) a la iglesia de la Natividad (popularmente del Carmen o de Barriuso). Antaño se solía realizar esta bajada a las 6 de la mañana, pero actualmente la vienen haciendo a las 9 de la mañana.

El tamboritero da la vuelta al pueblo tocando un sonido monótono y monocorde, pasando a buscar a los cuatro cofrades más recientes por sus casas, que son los encargados del traslado del Santo Terminada la labor de llevar el Santo de una iglesia a la otra se dirigen a la escuela, donde almuerzan. Generalmente toman asadurilla de cordero y vino moscatel.



A mediodía se celebra la procesión del Santo. Es la procesión principal de entre todas las que se realizan durante la fiesta en honor a San Sebastián y la que levanta mayor expectación entre los vecinos. Esto es debido principalmente a que participa el personaje del Capitán con traje militar decimonónico montado a caballo y portando una Bandera de España y las dos filas de cofrades vestidos con Capa española o castellana y Chistera.

El tamboritero da la vuelta al pueblo tocando para llamar a los hermanos a reunirse en la escuela. Una vez reunidos, la procesión se dirige en silencio desde las escuelas de párvulos a la iglesia de la Natividad o Barriuso donde en su interior se rezará únicamente un padrenuestro. A continuación los cuatro hermanos más modernos portarán las andas con el Santo desde esta iglesia hasta la de la Asunción o de la Villa. Durante la procesión el Capitán irá delante del tamboritero y los cofrades, haciendo galopar al caballo y tremolando la bandera.

La regla establecía que el caballo fuera preferentemente blanco. Foto cedida por Alba Chicote.

Una vez que se llega a la iglesia de la Asunción o de la Villa se coloca a la izquierda del altar al Santo entre dos velas y adornado con un jarrón con flores y el Capitán de pie se coloca a la derecha del altar para oír la misa. Los cofrades se sientan en los primeros bancos de la iglesia.Una vez terminada la misa, tiene lugar la bendición de los tortones, hogazas de pan con sabor a Anís, y el reparto entre los asistentes. De entre los panes se guarda uno para la comida de hermandad de la cofradía.

Terminado el reparto de los tortones, el Capitán, el tamboritero y los cofrades se dirigen desfilando hasta las escuelas de párvulos. Con esta procesión se dan por terminados los actos religiosos del día del Santo y comienzan los profanos. Comprenden los mismos una comida de hermandad, que también sigue su rito, incluyendo determinadas bendiciones, oraciones y canciones. 
 

Entrando en la iglesia de la Villa. Foto cedida por Alba Chicote.
A media tarde se desarrolla el higuillo. Consiste en un juego en el que los niños tienen que agarrar con la boca sin la utilización de las manos, un higo que pende de un hilo atado a un palo y al que a la vez se le da con otro palo para que el hilo se mueva y haga bailar y saltar el higo encima de la boca del niño que intenta morderlo. A la vez que realiza el juego el cofrade va tarareando una estrofilla que dice:

Al higuí, al higuí,
con la mano, no,
con la boca, sí.

Además de dar higos, los cofrades también tiran caramelos y lanzan rodando naranjas, era la fruta de invierno antiguamente más popular. Tal vez este último hecho tenga alguna relación con la celebración de San Antón en Lerma. 
 
La misa ha concluido. En primer plano los "tortos" que se repartirán entre los asistentes. Se reservan algunos para la comida de hermandad.

El domingo tiene lugar la misa de Seteno o de los fieles difuntos. Antes de la misa, suele ser al mediodía, el tamboritero hace la vuelta por el pueblo tocando el tambor y llamando a los cofrades a reunirse en las escuelas para posteriormente desfilar en dos filas hasta la iglesia de la Asunción o de la Villa.

Una vez finalizada la misa los cofrades vuelven igualmente desfilando desde la iglesia hasta las escuelas donde tiene lugar la Reunión de Cuentas. En esta junta, como su propio nombre indica, el Mayoral suma los gastos de la fiesta y los cofrades pagan a escote lo que les corresponda. 

Las últimas imágenes se corresponden con el artículo publicado por Eduardo de Ontañón en 1935 en la revista "Estampa"

Como se puede comprobar en esta junta también se nombran los nuevos cargos para el año siguiente. El Mayordomo pasa a ser el nuevo Mayoral. El cargo de Mayordomo es ocupado por el hermano más moderno en formar parte de la cofradía que siga en antigüedad al nuevo Mayoral. Con esta reunión se da por concluida la fiesta hasta el año siguiente en que vuelve a celebrarse la Junta General de la cofradía el 6 de enero día de los Santos Reyes.

Durante el resto del año la cofradía realiza misas de salud para pedir a Dios por el restablecimiento de aquellos cofrades que se encuentren enfermos y misas de difuntos por aquellos hermanos o hermanas que hayan fallecido durante ese año.

Sorprende la similitud visual entre ambas procesiones.

Todo en esta cofradía tiene un aire atávico. Si hay algo que recuerde al pasado es sin duda esta cofradía de san Sebastián.; desde el trato que se dispensan los cofrades, llamándose de hermanos y tratándose de usted, hasta sus peculiares costumbres y sus vestimentas. Aún podemos repasar alguna más de sus particularidades.

A la cofradía se la conoce como la Cofradía de las Capas y las Chisteras o simplemente como Cofradía de las Chisteras. Pero en el pueblo ha sido conocida por otros nombres como: Cofradía de los Borrachos, por la gran cantidad de vino que bebían durante cinco comidas y que terminaba perjudicando a algún cofrade, o también como Cofradía de los Pastores, ya que muchos de sus hermanos eran pastores a jornal. Muchos pastores se hacían cofrades porque sus patrones tenían la obligación de darles los tres días de la fiesta libres.


El caballo que monta el Capitán a ser posible debe ser blanco. En el Mayoral recae el honor de ser el Capitán. Si bien hoy en día no se suele cumplir porque muchos cofrades no saben montar a caballo. Durante las procesiones los cofrades deben permanecer en silencio y desfilar colocados en dos columnas paralelas de más modernos a más antiguos por orden de entrada en la cofradía. Cuanto más atrás en la columna más tiempo se lleva en la cofradía.

Cuando entran en la iglesia o en la escuela, sucede lo contrario que en las procesiones. Los cofrades más veteranos en la hermandad entran los primeros y los más novatos los últimos. Para entrar, los hermanos hacen un pasillo y se quitan el sombrero en muestra de respeto hacia los hermanos que van pasando por él y entrando en el lugar.

La cofradía y sus cofrades siempre ha tenido a gala ser independientes y no recibir ayudas exteriores. Todos los gastos se pagan a escote entre los cofrades. Este orgullo se resume en la frase: "No pide, invita y corre con todos los gastos". Incluso hoy que desde 2011 la cofradía está inscrita en el registro de asociaciones y opta a subvenciones, hay hermanos que recelan de estas prácticas.

Siempre ha llamado la atención de periodistas y fotógrafos esta cofradía. Tal vez el artículo más llamativo sea el reportaje publicado en el año 1935 por el periodista Eduardo Ontañón para la revista Estampa (acompañan a este artículo algunas fotos del mismo). Más recientemente ha sido objeto de interés para Elías Rubio, La Revista de Folklore de Joaquín Díaz y Enrique del Rivero.
 
El pasado sábado tuve la oportunidad de acercarme a contemplar los actos de la procesión del Santo. Efectivamente tiene uno cierta sensación de haberse trasladado a un momento del pasado que por alguna extraña razón ha llegado hasta el presente. Se echa en falta un mayor interés institucional en preservar y promover esta fiesta; aunque por otro lado con ello tal vez perdería ese aire recogido y familiar que tiene actualmente, incluso para con visitantes ajenos al pueblo como el que les escribe.
 
La mayor parte de este texto es un resumen y adaptación del correspondiente artículo de Wikipedia.
 
Termino el artículo con un pequeño vídeo resumen de la procesión

Repaso anual a los datos de despoblación y octavo aniversario

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Peculiar "mojón" que da la bienvenida a Valmayor de Cuesta Urria

Como todos los años, aprovechando la publicación en el INE de los datos actualizados a 1 de enero de 2016 del censo de población desagregado por localidades, dedicamos a entrada de hoy a hacer un pequeño repaso a los datos de despoblación de los pueblos burgaleses de menor tamaño; a modo de peculiar recuerdo a los mismos.
 
El primer dato que buscamos es el de núcleos que aparecen con cero habitantes, que tras intentar filtrar aquellos que realmente son barrios o granjas queda en 22, los mismos que el pasado año. Las variaciones consisten en que Loranquillo y Ternero han perdido los únicos empadronados que tenían; y por el contrario aparecen empadronados en Busnela y en Valmayor de Cuesta Urria. Aparte de éstos, podemos contabilizar aproximadamente otros 25 o 30 núcleos antiguos de población (con restos de construcciones más o menos evidentes), que ya no aparecen en los registros del INE. 
 
Como en otras ocasiones, considero que tal vez sea más representativo el dato de localidades que no superan los 10 habitantes, que serían aquellos con probabilidad de no tener población "real" y en todo caso con alto riesgo de desaparecer. Siguiendo mis criterios de limpieza de aquellos que no pueden considerarse "pueblos", llegamos a la triste cifra de 246 pueblos o núcleos en esta situación. El pasado año eran algunos menos, 237. 
 
En este sentido, las ampliaciones del censo son bastante humildes. Podemos citar a Tartalés de Cilla  que pasa de 3 a 5 habitantes, La Parte de Sotoscueva amplía de 4 a 6. Hoz de Arreba asciende de 6 a 9, Quintanahedo de 7 a 10 y Dosante de 8 a 11.
 
Por el contrario, las reducciones censales son bastante más frecuentes y bruscas. Podemos citar los casos de San Esteban de Treviño, que pasa de 5 a 2 habitantes, San Vicentejo de 6 a 3, Robredo de Losa de 7 a 4, Haedillo de Mena de 8 a 4, Cubillo del Butrón de 12 a 7 o Rublacedo de Arriba de 16 a 9. 
 
***********
 
Como ya saben mis lectores más asiduos, hago coincidir este repaso con los sucesivos aniversarios del blog “TIERRAS DE BURGOS”, que este es nada menos que ¡¡EL OCTAVO!!.

Cada año tengo dudas de si llegaré al siguiente. Siento que estas dudas son ahora más fuertes que otras veces; pero como otros años he podido continuar ¿Quién sabe lo que pasará de aquí en adelante?. De momento anuncio que en breve pasaré de publicar dos artículos semanales a solamente uno; salvo situaciones excepcionales. GRACIAS a todos los que me siguen de una manera u otra.

Ruta de senderismo: Mirador y encinar de Peña Lastra

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Si observamos con atención un mapa del valle de Mena podremos comprobar cómo su parte central está salpicada de pequeñas y sucesivas elevaciones. Son el resultado de la ascensión de materiales duros que produjeron la ruptura de la corteza terrestre y la formación del diapiro a modo de “volcán” que caracteriza al municipio. Estas elevaciones, que contribuyen a la gran diversidad botánica que se puede observar en el valle, tienen su punto culminante en Peña Lastra (719 m); que además de un bonito mirador alberga en su cara sur un interesante encinar cantábrico.

Dificultad: Baja
Orientación (sin GPS con track o cartografía): Fácil
Belleza: normal
Tiempo y distancia: 2 horas y 45 minutos  (11 km).






Situación

Saldremos de Burgos por la C-629 dirección Villarcayo y el Crucero. Desde este último lugar continuamos recto, pasando primero a la N-629 y luego a la C-6318 dirección al Valle de Mena. Una vez en la parte baja del mismo seguimos la carretera hasta su capital, Villasana. Aparcamos en el entorno de su iglesia.
 
Puntos de interés

Vistas hacia los montes de la Peña y sierra de Ordunte. Tramos de encinar Cantábrico.

Descripción de la Ruta

Una vez aparcado el coche buscamos un cercano puente que cruza el río Cadagua hacia una pequeña plazoletilla (también podríamos haber aparcado aquí). Hacia el lado derecho observamos una calle en clara ascensión por la que continuamos. Terminada la misma, ya a la salida del pueblo, tenemos tres opciones; seguimos de frente, continuando la ascensión.
 
Entramos en una zona de prados por una carreterita que se dirige al barrio de La Mata. A medida que vamos ganando altura quedan a nuestra espalda mejores vistas de Villasana, el valle y los Montes de la Peña. Alcanzamos la agrupación de casas tras algo más de un kilómetro. Aquí tomamos el primer camino que surge hacia la derecha.
 
Dejamos de ascender mientras nos acercamos a una zona algo más boscosa. Tras pasar junto a un lavadero llegamos a un cruce en el que continuamos recto. Tras superar una portilla entramos en un sendero encajonado entre prados y podemos encontrarnos el mismo algo cerrado de vegetación o embarrado, por lo que podemos optar por ascender por el prado que aparece en el lado izquierdo durante unos 200 o 300 metros. No obstante en esta ocasión se mostraba perfectamente practicable.
 
Terminado este pequeño tramo de ascensión salimos a una zona algo más abierta junto a un ejemplar de madroño relativamente robusto (ya hemos comentado en varias ocasiones que este árbol es muy frecuente en el Valle de Mena). Aquí tenemos dos opciones: hacia la derecha continúa un camino casi sin pendiente (volveremos por el mismo) hacia la izquierda encontramos otra opción que asciende de forma decidida.

Tendremos dos tramos de fuerte subida con un pequeño descansillo entre los mismos. El entorno es fundamentalmente de pequeña encinas. Ignoramos cualquier camino secundario o que implique cesar en el ascenso. Tras los citados tramos la pendiente se hace más moderada y entramos en una zona más sombreada en la que empiezan a aparecer muchos pies robustos, alguno de más de dos metros de diámetro. En los mismos observamos algunos rastros de poda y adehesamiento, aunque actualmente el monte se muestra cerrado apenas nos alejemos del camino.
 
Vamos ganando altura sin mayores novedades hasta que enlazamos con un camino más ancho que viene desde Caniego y que sin duda representa el ascenso más habitual. Poco más adelante llegamos a una intersección en la que seguimos por la izquierda, terminando el ascenso tras unos 200 metros adicionales. Alcanzamos sendas torretas de vigilancia de incendios.
 
Hacia el norte tenemos buenas vistas hacia el valle, embalsey montes de Ordunte. De estos últimos podemos identificar su línea de cumbres, entre ellas Zalama y Balgerri. Hacia el sur las vistas son más sucias por la presencia del encinar. En realidad el hito geodésico queda algo más adelante pero decidimos no seguir hasta el mismo.
 
Volvemos sobre nuestros pasos hasta el último cruce, en el cual seguimos recto en lugar de girar a la derecha. Pronto llegamos a una portilla que hemos de superar. Al otro lado el encinar es muchos más disperso, con amplio pasto entre las matas. Ello nos permite observar el ondulado paisaje circundante. Perdemos altura con rapidez hasta llegar a una nueva portilla. Al otro lado la vegetación a los lados del camino es más espesa, a modos de muretes de carrasca y madroño.
 
El marcado sendero gira hacia la derecha ofreciéndonos vistas hacia los montes de la Peña con el inconfundible pico del Fraile. Finalmente entramos en una zona algo más sombreada a la entrada ya del barrio de Maltranilla. Sorprende el porte de sus escasas construcciones (entre ellas una torre medieval) y la presencia de  grandes tilos y secuoyas (Valle de Mena es un paraíso para los árboles, a poco que se cuiden). Parece ser que estamos ante los restos de un antiguo señorío con su coto cerrado.

 
Caminamos por la pista que da servicio a Maltranilla hasta el comienzo de una zona de chalets. Justo antes aparece un camino en el lado derecho por el cual dejamos el asfalto. Empezamos un largo pero llevadero ascenso ignorando cualquier tipo de desviaciones. Pasados unos cientos de metros el camino toma el aspecto de cortafuegos, flanqueado en la derecha por un pinar de repoblación. Finalmente la pendiente cesa y llegamos al cruce junto al madroño. Desde aquí sólo queda desandar el camino hasta el regreso a Villasana.
 
Comentarios

Recorrido senderista  muy llevadero. Los senderos y caminos en el momento de realizar el recorrido (julio de 2016) están perfectamente practicables. Merece la pena dedicar unos minutos a la visita de Villasana de Mena.


Track del recorrido (pulsa en el círculo verde para más información).


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Vídeo con imágenes del recorrido

 

Escultura del agua: Cascadas del río Hijuela o de Irús

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Uno de los paseos más conocidos y agradables de la provincia de Burgos en busca de saltos de agua es el que nos lleva a las cascadas del río Hijuela; más conocidas como cascadas de Irús por ser este el pueblo más cercano a las mismas.
 
 
Tiene este pueblo un escaso pero interesante conjunto de edificaciones, del tipo menés, entre las que destaca la iglesia. Construida entre finales del siglo XV y principios del XVI bajo patrocinio de los Vivanco Angulo, señores de Vivanco. Tal vez por ello la torre de la iglesia tenga ese aire fortificado. 
 

 
Detrás de la iglesia encontramos el cementerio; en donde llama la atención sobremanera un gran panteón de principios del siglo XX. Parece ser que pertenece a la familia Martínez Ruiz, que incluso ha auspiciado una fundación benéfica que ha llegado hasta nuestro días.
 


 
 
 
Desde este punto nace el sendero que conduce hacia las cascadas. Un sendero que no sólo es eso. Además de la belleza del entorno, observamos como la base del camino está ocupada en algunos tramos por un empedrado perfectamente identificable. Estamos en el llamado camino Real de las Enderrozas, con origen en el siglo XVI y sucesivas reformas en los siglos posteriores. 

Aunque en muchas partes la calzada ha desaparecido, esto no le resta un ápice de belleza a la vereda


 
 
A los pocos minutos nos vamos acercando al río, mientras el sonido del agua se hace más evidente. La vegetación y el encajonamiento del río hacen que la mayoría de los saltos de agua no sean fáciles de observar. Afortunadamente al cabo de aproximadamente un kilómetro de descenso encontramos dos bonitas cascadas casi consecutivas, que se pueden contemplar desde diferentes ángulos.
 
Cascada semioculta

La primera de las cascadas más conocidas, desde diferente ángulos

 
 
En momentos especialmente favorables, encontramos en el entorno de la segunda de las cascadas otro pequeño salto de agua que surge directamente de un manantial desde uno de los laterales. Junto al mismo inspira curiosidad lo que parece ser un antiguo puente peatonal de interesante factura. 
 



Misma cascada mediada la primavera; con un encanto diferente pero indudable.

 
 
 
Alternativamente a este pequeño paseo, podemos integrar el acceso a estas cascadas en una ruta de algo más de entidad que describimos hace unos meses. Hay que tener en cuenta que estas cascadas están secas buena parte del año; por lo que es recomendable visitarlas tras periodos de deshielos o de lluvias prolongadas.
 
Segunda de las cascadas más conocidas
 
 
Cascada muy estacional que nace desde una surgencia en el lateral del desfiladero 
Terminamos este artículo con un pequeño vídeo del enclave, con su sonido natural. 

 

Escultura del agua: Cascada del Fuerte de Tartalés de los Montes

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Cuando se vierte
precipitada
por la horadada
Peña del Fuerte,
si no lo es
 
cabelleras de espumas
 desparramadas
y blanquísimo velo
 de desposada
parece la cascada de Tartalés.
 
Bonifacio Zamora
 

 La tortuosa carretera de acceso a Tartalés de los Montes desde Hoz de Valdivielso nos ofrece, en su tramo final, el sobrecogedor espectáculo del túnel "artesanal" excavado en la roca y una preciosa cola de caballo de unos 30 metros de altitud. Por asociación con el nombre de la peña, esta cascada recibe el nombre popular de "cascada de "El Fuerte""; aunque en algún sitio la visto nombrar como cascada de "El Castillo".
 
Aún pueden verse, junto al inicio de la cascada, los restos del camino imposible que debía emplearse en el acceso al pueblo hasta que mediado el pasado siglo los propios vecinos horadaron el túnel. En la siguiente imagen histórica puede apreciarse claramente cómo era la situación.
 
Imagen publicada en "Guía Ilustrada de la provincia de Burgos". 1930.
Aquí tenemos la "salida" de ese peligrosísimo tramo. En la parte alta de la cascada.

 
Otra toma de la cascada, aprovechando los miradores instalados al efecto.

 De regreso merece la pena parar en la curva de la carretera que se encuentra bajo la cascada. Allí encontraremos un humilde pero sonoro salto de agua.

 
Cuentan algunos lugareños que la cascada nació de las lágrimas de un gigante que vivía en estas montañas; al comprobar que su hija  se había fugado para ver mundo. Incluso hay quien cree adivinar en las formas de estas peñas los perfiles del gigante. Podéis escuchar el cuento en este audio de la siempre recomendable emisión de Radio Valdivielso (minuto 40).
 
Por otra parte, en pleno siglo XXI el acceso a Tartalés sigue siendo muy precario. Las condiciones de la carretera no son las mejores y con cierta periodicidad se producen desprendimientos y derrumbes. Esperemos que las autoridades pongan remedio a la situación.
 
Termino el artículo con un pequeño vídeo con el sonido natural.
 


Escultura del agua: Fuente Sagrero

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Fuente Sagrero es una surgencia que se ubica a tan sólo unos pasos del río Ebro. Pese a ello es poco conocida tal vez porque para llegar a la misma es necesario caminar más de dos kilómetros; bien desde las proximidades de Condado de Valdivielso; bien desde el puente que salva el embalse de Cereceda. En todo caso el sendero, que coincide con un tramo del sendero de largo recorrido GR99, es muy agradable.

 
Vista del río Ebro desde las cercanías de Fuente Sagrero. Aparece ensanchado por efecto de la presa de Cereceda.
La ubicación de la fuente viene determinada inequívocamente por un puentecito que permite salvar su cauce. Caminando unos pasos llegamos a un gran portalón que no es sino el ensanchamiento de salida de la surgencia fruto de las sucesivas crecidas de la misma.
 
La cavidad está siendo explorada de modo intermitente por el GAEM de Madrid. Hasta ahora se ha alcanzado ya una longitud de más de un kilómetro, compuesto de varios sifones y tramos aéreos. No se ha alcanzado todavía el final de la misma. Podéis ver algunas fotos en la web del grupo Espeleológico Edelweiss.
 
Para los visitantes no profesionales; normalmente la fuente aparece en forma de un pozo del que surge un pequeño manantial, pero en momentos especialmente favorables llega a ocupar buena parte del fondo del portalón de entrada. 

 
 
Y los escasos metros que separan la cueva del río Ebro se convierten en un espectáculo de sonido y furor acuático.

 
 
 
Este efecto se nota mucho mejor a través del siguiente vídeo con el que doy por cerrado este pequeño artículo.
 

Ruta de senderismo: sendero de las Torcas

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El amplio área conocido popularmente como Las Torcas comprende buena parte de la zona de transición entre el páramo de Masa y las llanuras burebanas. Se caracteriza por un paisaje inhóspito y de muy escaso arbolado, compuesto por multitud de elevaciones bastante afectadas por procesos erosivos. Esta situación deja a la luz diversas capas de materiales calizos, arcillosos y yesíferos, formando una estampa muy diferente a las del resto de las comarcas de la provincia.

Dificultad: Media. Aunque no hay grandes desniveles, la distancia relativamente larga y el continuo sube y baja desgastan considerablemente.
Orientación (sin GPS con cartografía o track): Regular. Hay algunos tramos bastante confusos que desaconsejan realizar esta ruta sin este equipamiento; especialmente el tramo inmediatamente siguiente al alto de San Mamés.
Belleza: Normal.
Tiempo y distancia: 5 horas y media (22 kilómetros).

 


 


Situación

El inicio de la ruta se encuentra cerca de Burgos. Para llegar a la misma hemos de salir por la N-623 hasta Sotopalacios. Aquí se toma hacia la derecha la C-629 hacia Villarcayo. Tras menos de diez kilómetros de tomar esta carretera encontramos el desvío hacia La Molina de Ubierna. Dejamos el coche al final del pueblo, un tanto hacia la derecha. En las proximidades de la iglesia de San Román. Esta ruta también se puede iniciar desde Tobes y Rahedo.

Puntos de Interés

Iglesias de La Molina de Ubierna. Bosquetes del arroyo de la Molina. Paisajes de Las Torcas. Vistas desde el Pico Otero. Iglesia de Tobes. Bosquete de la Serrezuela.


Descripción de la Ruta


Cerca de donde dejamos el coche se encuentra un panel explicativo de la ruta. Empezamos a caminar bajando hacia el pueblo bordeando la iglesia, con trazas románicas, que queda a nuestra derecha (también podemos ir hacia la misma y enlazar luego hacia la pista que vamos a indicar). Pronto salimos del pueblo buscando la pista que conduce hacia el pueblo de Cobos Junto a la Molina, del que nos separan algo menos de tres kilómetros.

Al principio la pista está asfaltada, pero pronto pasa a ser de tierra. Caminamos paralelos al río de la Molina, un humilde cauce que al principio de la primavera tiene bastante agua. Alternan los cultivos con las laderas arcillosas de color rojizo. En bastantes puntos compite con éxito el bosquete de pequeños quejigos. Avanzamos con facilidad por un trazado que en general tiende al descenso. 

Sin mayores novedades alcanzamos las proximidades del pueblo de Cobos junto a la Molina; una localidad que a punto estuvo de desaparecer pero que hoy en día muestra cierta vitalidad, con varias casas arregladas y otras de nueva factura. Justo a la entrada del pueblo encontramos un paso inferior bajo el trazado del antiguo ferrocarril Santander Mediterráneo, instalación que en los momentos que escribimos esta líneas está a punto de reabrirse como vía verde para andarines y ciclistas. 

En esta zona encontramos un antiguo lavadero, unas mesas y un cartel indicador. Desde aquí tenemos dos opciones. La primera consiste en pasar por debajo del puente para continuar por la opción más corta para el recorrido de hoy. Nos decidimos por la opción larga, así que nos dirigimos hacia el pueblo. Aquí lo más representativo es la iglesia de estructura románica con algunos canecillos de cierto interés.

 Para seguir tomamos precisamente como referencia el ábside de la iglesia. En dirección contraria encontramos una era con una vieja portería de futbol. Atravesamos la misma y encontramos un camino que enseguida atraviesa la vía verde. Pronto girará a la derecha y terminará desapareciendo, pero nosotros continuamos por una especie canal sin sendero definido, siguiendo en dirección contraria al pueblo.
 
Subimos por los puntos que consideramos más evidentes, por una superficie arcillosa que por momento tiende a embarrarse, hasta que llegamos a una especie de planicie elevada. De vez en cuando encontramos los restos de pintura de señalización en algunos de los escasos arbolitos. Continuamos por la planicie con cierta tendencia hacia la derecha. 
 
Terminada la planicie bajamos un poco. Andamos por la ladera de otra pequeña elevación mientras contemplamos el paisaje. La vegetación arbórea es cada vez más escasa y los arbustos dominantes son aulagas, brezos, gayuba, enebros…Los huecos entre las rojizas elevaciones son ocupados por las tierras de cultivo. De frente observamos una serie de elevaciones más altas culminadas por franjas blanquecinas. 
 
La que se encuentra más hacia la izquierda es hacia donde nos dirigimos; siendo esta la mejor referencia. Continuamos por intuición en dirección a dicho punto, buscando los restos de senderos y evitando perder mucha altitud y entrar en las tierras. En general es bastantes fácil esta tarea mediante la cual vamos ganando altitud poco a poco.
 
Con un poco de esfuerzo llegamos a la altura de la franja blanquecina, algo más resbaladiza. La bordeamos por la izquierda entrando en una zona en donde parece encontrarse el resto de un antiguo camino. Pasamos a una zona más herbosa mientras que comprobamos que la cima se encuentra a mayor altitud. Un último esfuerzo y alcanzamos la altiplanicie más alta, a poco menos de 1000 metros de altitud, buscando el vértice geodésico del pico Otero, que así se llama esta cima. 
 
Desde aquí tenemos unas vistas muy amplias de todo el paisaje de las torcas, algo malogradas por la neblina del día. Observamos cómo en la mayoría de las elevaciones las caras oeste y sur tienden a ser algo más arcillosas y rojizas, y no tan áridas, mientras que las del norte y el este son más yesíferas y blancas, recordando un tanto a los paisajes de las “películas del oeste”. También comprobamos el escaso poblamiento que permite esta zona. Desde aquí se ven los pueblos de La Molina, Cobos, Quintanarruz, Lermilla y Melgosa, quedando algunos más ocultos entre los valles. A lo lejos distinguimos los perfiles de la Cordillera Cantábrica, Poza de la Sal, la Mesa de Oña…Hay un panel explicativo maltratado por las inclemencias. 
 
Tras disfrutar de las vistas volvemos sobre nuestros pasos. Nos orientamos hacia el resto de las elevaciones del “macizo”, que iremos subiendo y bajando una tras otra en un proceso entretenido y cansado, debiendo además tener cuidado para evitar resbalones. La última de las elevaciones recibe el nombre de San Mamés, y también tiene una planicie en su parte superior. Buscamos su lado sur que nos abre hacia el valle del pueblo de Tobes. 
 
Giramos un poco hacia el oeste buscando una nueva señalización y panel explicativo. Aquí la orientación se complica un poco más. Vemos hacia nuestra derecha las marcas del ascenso y descenso de motos. Caminamos hacia las mismas aunque antes es factible el descenso. Con un poco de suerte descubrimos estacas señalizadoras del trazado y las señales de delimitación de coto de caza.
 
Si perdemos las primeras buscamos las segundas. Bordeamos una primera elevación y pasamos por la parte alta de una segunda. Pocos metros después de la misma buscamos una placa de coto de caza con las señales blanca y amarilla. Aquí giramos claramente hacia la derecha por una zona ocupada por una replantación de pequeños pinos. 
 
El avance se hace un pelín difícil así que decidimos continuar por la tierra del lado izquierdo pero sin cambiar de dirección. Vemos muy cerca un arroyo y un camino. Vamos hacia el mismo atravesando un pequeño tramo de cultivo. Ya junto al mismo vemos que en esta zona el arroyo forma un pequeño estanque, el humedal de Peña Hueca, y se han instalado un par de mesas. Aquí hubiésemos llegado en poco tiempo si en Cobos hubiésemos escogido la opción sencilla.
 
Tomamos el camino hacia la izquierda pero vemos como, ante nuestra sorpresa, se difumina con rapidez. Seguimos sin cambiar de dirección bordeando una tierra de labor y hacia una loma que vemos enfrente. Una vez en la misma no pasamos por la parte más alta, sino algo más hacia la izquierda. Alcanzamos una zona un tanto quebrada que superamos por los mejores puntos, algo hacia la derecha, y finalmente alcanzamos un camino claro.
 
La llegada a este camino marca un antes y un después de la ruta. Tomamos el mismo hacia la izquierda en claro descenso entrando en una zona en donde las tierras de labor van dominando el paisaje. Pronto alcanzamos un nuevo área de descanso junto a un lavadero con fuente (La Fuente de los Prados). Estamos más o menos a mitad de ruta así que es buen momento para un descanso. 
 
Seguimos por el camino un buen tramo sin mayores novedades rechazando algunas derivaciones. Nos unimos a una importante pista y seguimos hacia el sureste en dirección del pueblo de Tobes. Subimos un poco y se nos une otro camino hasta que finalmente alcanzamos una carretera que tomamos hacia la derecha, muy cerca ya del pueblo de Tobes y Rahedo. 
 
Justo a la altura del cartel indicativo del pueblo encontramos un panel descriptivo de la ruta de hoy. Podemos visitar este pueblo, en donde lo más destacado son los arcaizantes elementos de su iglesia románica. En todo caso el sendero continúa justo en dirección contraria, por un camino que nace en el margen derecho de la carretera.
 
Bajamos por el mismo hasta que termina difuminándose a la altura de una loma. Subimos por la misma tomando como referencia las estacas indicativas hasta alcanzar otro camino que asciende hacia la izquierda. En suave ascenso vamos acercándonos de nuevo hacia la carretera. Justo en el punto en el que la alcanzamos localizamos un pequeño estrechamiento por el que podemos seguir subiendo, y que probablemente representa el rastro del antiguo camino carretero de acceso al pueblo.
 
Justo en la parte alta, terminado el estrechamiento, abandonamos la trocha y giramos hacia la derecha. Cruzamos la carretera y, sin cambiar de dirección, tomamos un camino que asciende decidido hacia lo alto del monte. A nuestras espaldas van quedando los paisajes de las torcas con el protagonismo de los picos Otero y San Mamés que hemos recorrido.
 
El camino entra en un humilde pero cerrado bosquete de quejigos y encinas. Rechazamos las derivaciones secundarias y seguimos ascendiendo. Justo al terminar un tramo algo más duro localizamos, hacia la izquierda, un mirador natural sobre los cortados que cuenta también con panel explicativo. Estamos en la llamada Serrezuela, lugar de cría de aves rupícolas. 
 
Desde aquí el ascenso es más suave e incluso hay algunos descensos. Un tramo después llegamos a una bifurcación en donde continuamos hacia la izquierda. Al poco el paisaje se abre entrando un en tramo más pesado y aburrido. La ruta ya se va haciendo larga. De nuevo en otro cruce seguimos hacia la izquierda. Al poco ignoramos un descenso hacia la izquierda y pasamos bajo unas líneas de alta tensión.
 
Vamos ascendiendo por esta zona alta sin especial interés. Finalmente tras este largo tramo alcanzamos unas señales identificativas de coto de caza mientras dejamos de ascender. El camino empeora sensiblemente y en las proximidades de una construcción encontramos unas rodadas en sentido norte. Tenemos la opción de continuar un kilómetro más hasta un mirador, pero decidimos ignorarla descendiendo por las rodadas.
 
Las muestras del camino son cada vez más evidentes y pronto comienza el descenso. Al poco observamos en la lejanía el pueblo de La Molina y las rojizas tierras que lo rodean. Vamos en dicha dirección con rapidez y facilidad hasta que, ya muy cerca, alcanzamos un camino más marcado. Aquí giramos a la izquierda, ascendemos un poco y giramos hacia la derecha. Enseguida cruzamos la vía verde y alcanzamos el pueblo en las cercanías de la zona en donde hemos dejado el vehículo.
 
Comentarios
 
La ruta descrita se corresponde con el sendero de pequeño recorrido PRC-BU-211, dentro de la red de senderos señalizados por la Merindad de Río Ubierna. La opción corta supone unos 16 km y es más sencilla pues evita las complicaciones del descenso y ascenso al pico Otero y San Mamés. La llegada al último mirador supondría dos kilómetros adicionales. Dadas las características del suelo, en época de lluvias puede haber tramos embarrados.
 
El mayor interés de esta ruta consiste en contemplar el paisaje de las Torcas. Para el que no se sienta atraído por el mismo puede resultar una ruta más bien sosa y pesada. Tal y como hemos indicado la orientación es compleja. La señalización en muchas zonas es deficiente y no soy optimista acerca de su evolución en el futuro.
 
El pueblo de la Molina de Ubierna es bastante activo teniendo en cuenta su pequeño tamaño. Sus vecinos han arreglado por su cuenta la iglesia de San Román; aunque el evento más famoso es su via Crucis Viviente, del cual en 2016 se cumplió su XXXVIII edición. De hecho, esta ruta la realicé justo el día anterior.
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Track para GPS (pulsa en el círculo verde para más información)


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Vídeo con imágenes del recorrido


Escultura del agua: Cascada de Pedrosa de Tobalina

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Hasta hace no mucho, Pedrosa de Tobalina era uno de esos numerosos rincones escondidos que tenemos en Burgos, esos tesoros muy conocidos por algunos y prácticamentedesconocidos por otros que pasan a su lado sin saber lo que dejan atrás. Por entonces era el boca a boca, y el ir con amigos que antes lo descubrieron, la forma más habitual de acercarse a este bucólico lugar.

Resulta sumamente interesante acercarse con una persona que nunca ha estado en el lugar y que no tenga referencias. Aparcas el coche junto a la anodina carretera, avanzas unos metros y ahí está. El frente rocoso, la poza de agua y la cascada.







Habitualmente nos acercamos al lugar en periodo veraniego, aprovechando que el lugar invita al baño y, para los más atrevidos, al salto, con una pequeña caída de agua en la parte derecha. Hoy os traigo unas fotos de la cascada en todo su esplendor, con el agua ocupando todo el frente rocoso; cosa harto difícil dado el gran carácter karstico de la zona.

El salto fue aprovechado para la construcción de un "fábrica de luz"; cuyo edificio en principio iba a ser restaurado hace años para su utilización como Centro Cultural. Aunque la estructura ha sido puesta a punto, el proyecto como tal parece que se ha quedado a medias. Por cierto, que en realidad tanto el pueblo como la fábrica de luz pertenecen a la localidad aneja de La Orden, al otro lado del río.




Termino esta breve entrada con un pequeño vídeo.

Ruta de senderismo: Peña Ulaña por el Portillo del Infierno

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Peña Ulaña es una de las elevaciones de mayor importancia dentro de la comarca de las Loras, en el noroccidente burgalés. A la sombra de su vecina Peña Amaya, “la Ulaña” destaca por su gran extensión, de unos cinco kilómetros. Esta gran longitud hace que se puedan plantear varias opciones para su ascenso. Una de ellas la mostramos en este blog hace un año, hoy describimos una ascensión complementaria que comparte con aquella menos de dos kilómetros de trazado.

Dificultad: baja. Los únicos puntos de cierta complicación son las sucesivas ascensiones y descensos.
Orientación (sin GPS con track o cartografía): Fácil en día despejado. El punto más complicado puede ser el lugar en el que efectuar el descenso final.
Belleza: Normal. Concentrada en las panorámicas.
Tiempo y distancia: 3 horas y cuarto (11,5 km)
 

 



Situación


Saldremos de Burgos por la Autovía de León hasta la localidad de Villanueva de Argaño y desde allí continuamos hacia Villadiego. Desde aquí tomamos la BU-621 en dirección a Humada. Pasados unos 13 kilómetros, a la sombra de la Peña Ulaña, buscamos el desvío hacia Ordejón de Arriba. Aparcamos calle arriba de la iglesia, un tanto hacia la parte derecha del pueblo.

Puntos de interés


Vistas de Peña Ulaña. Portillo del Infierno. Dorsales rocosas. Vistas desde la parte alta. Descenso final.

Descripción

El pueblo de Ordejón de Arriba aparece dominado por las naves ganaderas y agrícolas, en una estampa quizá no demasiado estética pero que afortunadamente refleja cierta vitalidad en el lugar. Buscamos una clara pista que nace desde la parte derecha del pueblo, paralela a la línea rocosa que se encuentra por encima de nuestras cabezas. 

Avanzamos con facilidad en suave ascenso, con el monte a nuestra izquierda y las tierras de labor a la derecha. Pasado algo más de un kilómetro, al poco de entrar en una zona de bosquetes de quejigos, encontramos un claro camino secundario que nace en el lado izquierdo. Nos decidimos por el mismo aunque podríamos girar a la izquierda algo más adelante.

El nuevo camino está en condiciones algo peores y su entorno es algo más boscoso. Tras ignorar alguna derivación nos fijamos en una discontinuidad en la línea rocosa; un entrante a modo de vallejo. Al poco llegamos a un cruce en el que optamos por girar hacia la izquierda, camino de dicha zona. Enseguida el camino más marcado gira algo hacia la derecha, pero nosotros seguimos por una vía más maltratada que se dirige claramente hacia el monte.

Hemos entrado en el antiguo camino carretero que comunicaba las praderas del Tozo con Villadiego, recorrido hasta hace unas cuantas décadas por los comerciantes que acudían a la feria de dicha localidad, su punto culminante, por el que pasaremos en breve, era un lugar conocido por el peculiar nombre de Portillo del Infierno

Ascendemos de forma clara pero llevadera. Pronto dejamos atrás los cultivos y nos vamos acercando a las rocas mientras el vallejo se estrecha. Si demasiadas dificultades alcanzamos una zona despejada. El camino como tal asciende un poco más, pero nosotros optamos por abandonarlo tomando como referencia un vallado ganadero y dejándolo a nuestra derecha.

Tras unos metros un tanto confusos aparece ante nosotros el marcado “espinazo” de una dorsal rocosa, primero en fuerte descenso y luego en claro ascenso. Al fondo las torres de comunicación que delimitan la cima de Peña Ulaña. Empezamos a descender con cuidado paralelos a la dorsal por una zona mitad sendero, mitad torrentera. Hemos de superar el vallado, lo que no implica demasiada dificultad, pero sí que resulta delicado el final del descenso pues encontramos el hilo de agua helado con el consiguiente riesgo de resbalones.

Por fin llegamos a la parte baja, por la que pasa un camino. Hacia la derecha vemos la continuación del sendero hacia el cercano pueblo de Fuencaliente de Puerta. Nosotros superamos el vallado por una portilla pero no seguimos el camino; sino que ascendemos por el pinar muy cerca de la dorsal. El ascenso es claro pero no demasiado costoso, pese a no haber sendero definido.

Si perder nunca de referencia la dorsal rocosa llegamos a un punto donde termina la misma, muy cerca de las antenas pero separados de las mismas por un infranqueable muro rocoso. Hemos de buscar nuevamente el mejor paso por la valla de espino (por última vez) lo cual no resulta muy complicado. Al otro lado el paisaje se abre hacia la zona de Valdelucio con el fondo nevado de algunas cimas de la Cordillera Cantábrica.

Continuamos sin perder apenas altitud, siguiendo las sendas que forma el ganado entre el brezo. A nuestra derecha aparecen los paredones de la parte alta de Peña Ulaña. Algunas grietas parecen practicables pero decidimos no arriesgar pues tampoco vamos a dar tanto rodeo. De frente intuimos la pista que sirve para el acceso de vehículos a las antenas; punto hacia el que nos dirigimos.

Ya relativamente cerca de este punto descendemos claramente durante unos centenares de metros hasta alcanzar la pista justo en el punto en el que traza una marcada curva. Ascendemos por la maltratada carretera y sin mucho esfuerzo alcanzamos la parte alta de la altiplanicie. Podemos ahorrarnos unos centenares de metros si, al intuir el fin del ascenso, salimos de la pista por la parte izquierda y volvemos a retomarla al final de una amplia curva en la misma.

Al fondo aparecen ya las antenas, aunque nos quedan cerca de dos kilómetros hasta las mismas. A medida que vamos ascendiendo podemos darnos la vuelta para comprobar la alargada forma de peña Ulaña, una especie de gigantesco “gusano” con partes anchas y estrechas y que, como los navíos antiguos, presenta sus partes más altas en los extremos. Finalmente llegamos a la altura de las antenas. El vértice geodésico se encuentra al otro lado de las mismas. Los paisajes son muy amplios aunque la bruma difumina algo los más lejanos: cumbres de la cordillera Cantábrica, Sierra de la Demanda, llanuras de Tierra de Campos…

Para continuar buscamos el otro lado de la Peña, dejando la caída a nuestra izquierda pero sin andar por el borde. Así evitamos molestar a las aves rapaces y además el avance resulta más cómodo. Buscamos de nuevo las mejores trochas en la irregular superficie hasta que, a unos dos kilómetros de las antenas (que van quedando a nuestra espalda), localizamos los montoncitos de piedras que orientan hacia el punto en el que hemos de iniciar el descenso. Como dato orientativo estamos en una pequeña sub-cima dentro de la penillanura.

Siguiendo los montoncitos alcanzamos ahora sí los bordes de los cortados. Tenemos ahora una impresionante vista: a la derecha, el alargado perfil de los cortados de la peña. En la parte baja, el aislado “fortín” de Peña Castillo y, al fondo, la inconfundible silueta en forma de tarta de Peña Amaya. Para continuar buscamos un fácil paso entre las rocas, girando hacia la izquierda, y alcanzamos un punto en el que una curiosa oquedad rocosa forma un bonito marco para el caserío de Ordejón de Arriba. No cruzamos el arco, sino que buscamos una pequeña vaguada hacia su izquierda. 

Pronto la vaguada se convierte en una marcada canal que nos permite descender al nivel intermedio de “el cinto”. Superada la canal localizamos, algo por debajo, un camino que se dirige al pueblo. Bajamos hasta el mismo con cuidado de no resbalar entre la piedra suelta. El camino nos permite bajar por la segunda línea rocosa, siempre con vistas a peña Castillo. Desde esta zona podemos ver las curiosas “caras” que parecen talladas en esta mole rocosa. Aunque el sendero tiende a difuminarse, localizamos bastante cerca un depósito de agua. Desde aquí un camino nos enlaza con el pueblo en unos instantes dado por finalizado el recorrido de hoy. 

Comentarios

Recorrido más bien sencillo ya que las zonas de desnivel son llevaderas. El mayor interés radica en las panorámicas (por ello es clave importante seleccionar un día despejado). Teniendo en cuenta que hay zonas en las que no hay sendero definido, la orientación será más fácil para aquellas personas acostumbradas a desenvolverse por el monte; aunque creo que en general no resulta compleja.

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Track del recorrido (pulsa en el círculo verde para más información)


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Vídeo con imágenes del recorrido



 

Visitas guiadas a Lerma

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Hace unos meses cumplía con una cita que había dejado pendiente desde hace tiempo: acudir a las visitas guiadas que se realizan en la localidad de Lerma. Ofrezco aquí algunas impresiones sueltas sobre esta visita. Para una descripción más estructurada sobre esta localidad podéis acudir al artículo correspondiente que publiqué hace unos años.

Fragmento recuperado del pasadizo del Duque.

La visita comienza en la oficina de Turismo, que en realidad se corresponde con uno de los conventos construidos durante el reinado en la sombra del valido del rey, el Duque de Lerma. De hecho el recorrido sirve fundamentalmente para comprobar la grandiosidad que llegó a tener la villa como fruto de la actividad de este personaje; que en tan sólo diecisiete años cambió totalmente la fisonomía de la localidad hasta términos insospechados.

Varias imágenes del interior de la colegiata
El recorrido dura aproximadamente hora y cuarto, tiempo que se hace más bien corto. Aquí apuntaré tan sólo alguno de los interesantes datos de que podremos disfrutar. La visita empieza conociendo un tramo recuperado del pasadizo que conectaba el Palacio Ducal con la colegiata, a través de diferentes edificios conventuales. Este pasadizo elevado se encontraba calefactado, e incluso adornado con algunas obras de arte que hoy figuran en importantes pinacotecas.




La mayor parte de este pasadizo se encuentra hoy integrado en viviendas y otros edificios privados. Es preciso indicar que en realidad el entramado de pasadizos llegaba a todos los conventos existentes en la villa ducal; todo para evitar que los reyes y su corte tuviesen cualquier tipo de contacto con la gente común.

Nótese la celosía para asistir discretamente a la misa. Esta era usada por la monjas. Hasta hace unas décadas se conservó una equivalente que era la que usaba el Duque.

A continuación se pasa a visitar la colegiata, otra de las grandes obras de ese periodo del barroco. Más allá de la contundente monumentalidad exterior, sorprende la riqueza interior. Las maravillosas bóvedas adornadas con estrellas, los dos grandes órganos que fueron diseñados para ser tocados simultáneamente, el recargado altar mayor… pero sobre todo la estatua en bronce del arzobispo de Sevilla, tío del duque de Lerma.


Mientras admiramos el grado de detalle de la obra, reflexionamos sobre el hecho de que para crearla se fabricó un molde externo de barro que sería rellenado con el bronce fundido.



Antes de salir, la sacristía de la colegiata nos depara una última sorpresa: una espectacular mesa cuya superficie está creada mediante la incrustación y pulido de gran número de piedras semipreciosas.

Tras salir de la colegiata, se realiza una rápida visita a la iglesia del monasterio de monjas clarisas. En el mismo se puede contemplar un cristo yacente del gran imaginero Gregorio Fernández. Gran complemento a los célebres productos de repostería de estas monjas.

A continuación se lleva a cabo una rápida incursión al actual Parador del Lerma, que sufrió muchas vicisitudes desde que dejó de ser Palacio Ducal. Se encontraba en un estado lamentable cuando fue cayó en manos de Banesto tras el fallido proyecto de creación de un hotel de lujo. Tras la tumultuosa caída de la entidad fue cedido la Diputación de Burgos por una cantidad simbólica; y con los años se creó la suntuosa obra que hoy podemos contemplar.


Termina la visita en la amplia plaza de la villa, una de las más amplias de España en su época. Aquí se celebraban buena parte de los festejos organizados en honor de los reyes. Entre los mismos figuraban los espectáculos de toros. Al contrario que en la actualidad, no se mataba al animal en la plaza, sino que se le hacía despeñar por el terraplén que se abre hacia el Arlanza. Una muestra más de la gran hipocresía de esta corte que pensaba que con ello no se veía salpicada con la indignidad de ver morir al animal.


Estas visitas son sólo una de las múltiples iniciativas turísticas que se llevan a cabo en Lerma durante todo el año. De hecho este año 2017 el programa de actos es incluso más amplio, con motivo de la celebración del cuarto centenario de la culminación del conjunto monumental. Podéis saber más sobre este programa en la página web https://lerma2017.blogspot.com.es/. Sobre la visita guiada podéis informaros en la página de la Oficina de Turismo de Lerma.



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