Quantcast
Channel: Tierras de Burgos
Viewing all articles
Browse latest Browse all 544

Regreso a los pueblos del silencio: Quintanilla de las Dueñas

$
0
0
La vega de Cerezo se extiende hasta el límite con La Rioja. Aquí el río discurre por un profundo y encajonado valle que se ubica entre las rocosas laderas y la planicie cultivable. Poco antes de entrar en La Rioja, en dicha planicie pero justo al lado del escalón que la separa del río, se localizan los restos de unas construcciones que se corresponden con el antiguo pueblo de Quintanilla de las Dueñas, conocido en la zona como Quintanilleja.

 
Del lugar, deshabitado desde hace unos cincuenta años, sólo queda una casa en pie y los reconocibles restos de la iglesia de San Millán.


 

Unos pasos más adelante comienza el descenso hacia el cauce del Tirón. Con un poco de atención encontramos a su vera hasta tres retorcidos ejemplares de moral, envejecidos por el paso de los años. A su lado se encuentra lo que parece fue un panel explicativo, el cuál hoy ha perdido la parte informativa.


Estos morales son los que la tradición relaciona con el martirio de San Vitores, un santo de existencia no comprobada que tuvo su periplo en el siglo IX, durante el periodo de amenaza musulmana. No es la primera vez que citamos este santo en el blog, y probablemente algún día realicemos un recopilatorio de su curiosa hagiografía, muy vinculada a nuestras tierras de Burgos.




Pero centrándonos en los morales que nos ocupan, según la tradición fue en este lugar donde se produjo el martirio y la degollación del santo por parte de los temidos invasores. Su seccionada cabeza cayó rodando por la ladera y las primeras gotas de su milagrosa sangre produjeron el nacimiento instantáneo de estos morales, árboles a los cuales la tradición popular ha vinculado con lo sagrado.

Los árboles así nacidos tuvieron a partir de entonces un pretendido poder curativo de cuerpo y mente. Además de conceder la gracia de Dios, parece que las moras eran especialmente efectivas en la curación de las calenturas. Cuenta una leyenda que una noble riojana llamada doña Berenguela intentó acotar los árboles para su uso particular; pero sucedió que se le morían todos los gusanos de seda alimentados con sus hojas, y siempre se encontraba los frutos secos, pues era voluntad del santo que todos cogiesen de aquel fruto.
 
Por cierto, según vimos hace un tiempo, la tradición también nos cuenta que uno de los hijos de estos morales se corresponde con el que ahora vemos a la vera de la iglesia de Villoviado. En todo caso, aunque la historia tuviera algunos visos de realidad, en todo caso los ejemplares que ahora vemos tienen bastante menos de los 1200 años que han pasado desde la época del mártir.

No es esta la única filiación entre Quintanilla y San Vitores. Años antes de su martirio, y estando el santo en su retiro de Oña, un ángel le avisó de que su tierra natal estaba siendo asolada por los moros. En concreto, estos últimos se encontraban a punto de tomar el casi inexpugnable convento eremítico de sietefenestras con la intención de ultrajar a sus moradoras. Milagrosamente Vitores llegó a tiempo de derribar con el poder de su báculo las escalas que estos estaban utilizando para llegar a las cuevas logrando así hacer fracasar sus intenciones.
 

El caso es que existe constancia documental de la existencia de eremitorios de este tipo en la zona, y posteriormente de monasterios, y de hecho son perfectamente visibles las oquedades en la vertiginosa pared que se encuentra frente a Quintanilleja (sietefenestras sería el equivalente a siete cuevas). En realidad el propio nombre de Quintanilla de las Dueñas permite sugerir que el nacimiento de este pueblo estuvo vinculado al servicio de la primitiva comunidad monástica.


Viewing all articles
Browse latest Browse all 544

Trending Articles