La lámina de agua del embalse de Ordunte forma parte sustancial del paisaje de Mena, aunque sólo puede observarse desde las laderas de los montes que le dan nombre. Ello se debe precisamente a que el valle del rio Ordunte queda oculto del valle del Cadagua hasta casi su unión, en el límite norte del valle.
En cierto sentido el embalse de Ordunte es un enclave del País Vasco en Burgos. Sus terrenos fueron cedidos al ayuntamiento de Bilbao a principios del siglo XX para la construcción de una infraestructura que solventara los recurrentes problemas de suministro de una población creciente. Aún hoy el agua de Ordunte representa las dos terceras partes del agua que se bebe en el Gran Bilbao.
La obra se terminó en el año 1933. La capacidad total es de 22 hectómetros cúbicos. La presa tiene 60 metros de altura y su cota es ciertamente baja: 310 metros de altura. Desde aquí parte una conducción de unos 40 kilómetros para llevar el agua a la urbe. En los años sesenta se realizó la obra complementaria de trasvase desde el río Cerneja, también en territorio burgalés, del cual ya hemos hablado en el pasado.
Como dato curioso indicaremos que en la zona inundada existía una ermita dedicada a San Bartolomé de los Montes, la cual fue reconstruida en la parte alta, en las cercanías de Ribota, asumiendo el coste la ciudad de Bilbao. También existe un túmulo megalítico que queda a descubierto cuando las aguas del pantano están bajas.
Durante los últimos años el partido Castellano, PCAS, ha puesto en marcha una campaña de reivindicación sobre la propiedad del embalse, exigiendo al menos una compensación económica. Por lo que sé al parecer algunos pueblos meneses cercanos ya usan agua del embalse, y creo que algunas infraestructuras del valle también han sido financiadas por el consistorio vizcaíno.
Mi opinión al respecto ya la he manifestado en otras ocasiones. En un país que funcionase de forma lógica y homogénea esta situación no tendría tanto de anómala; pero en uno como el nuestro en el que existe un continuo mercadeo de competencias y derechos territoriales no deja de ser curioso en que determinadas irregularidades se hagan mucho más públicas y notorias que otras.
Para más información recomiendo leer el reciente artículo publicado en el blog “7 Merindades”, en donde se repasan las vicisitudes del proyecto, construcción e inauguración del pantano.