Ya hemos mostrado en este blog algunos castaños centenarios ubicados en la Merindad de Sotoscueva. Quedan otros en el tintero por esa zona pero el lector podrá reflexionar que al fin y al cabo se trata de ejemplares aislados que no constituyen una masa forestal, siendo algo así como árboles ornamentales.
Afortunadamente la variedad de nuestra provincia es tan grande que, dentro de la humildad que no debe abandonarnos nunca, podemos presumir de que en un remoto lugar sí que encontramos una agrupación reseñable de castaños, unos cuantos de los cuales pueden presumir de centenarios. La verdad, había leído algo sobre estos castaños, pero no me esperaba ni un tamaño tan grande ni un número tan considerable.
Estamos hablando de la Jurisdicción de San Zadornil, ese apéndice geográfico del norte burgalés al que sólo se puede acceder desde tierras alavesas. Nuestro destino es la localidad de San Zadornil, cabeza de este montuoso municipio. Pasado el pueblo en dirección a Villafría de San Zadornil, a tan sólo 100 metros encontramos un camino a la izquierda y un panel explicativo.
El camino pasa al otro lado de un arroyo y alcanza una bifurcación. Continuando por la derecha, al cabo de unos minutos empezamos a encontrar los vetustos ejemplares, sobre todo en la ladera de nuestra izquierda. Las fotos están hechas desde el mismo camino.
Debido a que son muy irregulares, son difíciles de medir, pero algunos de los más gruesos están en torno a los seis metros de perímetro a la altura de los hombros.
Si en la bifurcación anterior seguimos por la izquierda, tras unos minutos de ascensión y una curva hacia la derecha empezamos a encontrar de nuevo los preciosos castaños.
Justo a la altura de una nueva bifurcación encontramos el que probablemente sea el más grueso del conjunto, que alcanza un perímetro de unos siete metros. Presenta una oquedad que puede ser la causa de su ruina, pues se observan signos de fuego en su tronco.
Es probable que si en esta segunda bifurcación ascendemos por la izquierda veamos nuevos ejemplares interesantes. En la última foto, tomada desde la sierra de Árcena, os muestro la ubicación aproximada del rodal de castaños. Se aprecia su mezcolanza con la repoblación de pinos. A la izquierda queda el pueblo de San Millán de San Zadornil.
Los castaños tienen querencia por lugares templados y húmedos, siendo especialmente voluminosos en la cercanía de los arroyos. No está claro si los ejemplares que vemos tienen carácter natural o antropogénico; lo que sí se sabe es que hasta el despoblamiento del medio rural constituían un complemento en la alimentación de los vecinos. Los castaños son unos supervivientes natos, aguantando periodos de talas e incendios.
En el entorno del vecino pueblo de Arroyo de San Zadornil existe un castañal aún más sobrecogedor si cabe. Lo recorremos en una sencilla ruta senderista.