Acercarse a este templo es una escusa tan buena como cualquier otra para tomar el carreteril que, desde Tubilla del Agua, nos permite remontar un buen tramo del alto Rudrón. Nos encontramos con un cañón tal vez no tan espectacular como lo que vemos río abajo, pero sin duda interesante pues se alterna el paisaje semiárido del páramo con bosques de valor sorprendente.
A los cinco kilómetros llegamos a Tablada del Rudrón y el primer edificio con el que nos encontramos es esta sencilla ermita. Muestra signos de haber sido reconstruida parcial o totalmente; careciendo de la primitiva cabecera.
En el hastial occidental de la ermita se dispone, en torno a una estrecha saetera, una remontada ventana de arco de medio punto doblado. En la cesta del lado izquierdo se disponen tres personajes formando una enigmática escena, con dos de ellos de pie, el izquierdo tocado con una especie de bonete y ataviado con corta saya y manto, uno de cuyos pliegues recoge con su diestra, mientras parece dirigir su otro brazo, fracturado, hacia la cabeza de la figura central. Ésta, lamentablemente descabezada, viste ropas talares, porta un manípulo en su muñeca izquierda y alza ante su compañero un muy perdido objeto cilíndrico, quizá un cirio; tras él, y en una forzada y grotesca contorsión, se dispone un tercer personajillo, aparentemente desnudo. Con todas las reservas posibles, quizá nos encontremos ante una escena de exorcismo.
En el capitel derecho se recurrió al tema del personaje dominando leones, en este caso afrontados y compartiendo cabeza en el ángulo de la cesta. Otro pequeño relieve, arbitrariamente incrustado en el paramento del hastial, al norte de esta ventana, muestra un personajillo barbilampiño y con cabellera partida en actitud frontal, ataviado con sayón y capa.
Sin duda es la portada meridional, abierta en un antecuerpo de sillería, el elemento más destacado del conjunto. Se compone de arco de medio punto cerrado con un tímpano levemente apuntado, de interesante iconografía, no tanto por su calidad plástica, como por el tema escogido. Aparece una representación de las Armas Christi o Cristo triunfante mostrando las llagas y acompañado por dos parejas de ángeles con los instrumentos de la Pasión. El tema se repite en algunos templos Palentinos.