El pequeño núcleo de San Miguel de Cornezuelo destaca por la conservación de casas de tipología montañesa, con sus solanas corridas armoniosamente alineadas.
Las banderitas no estaban allí de hace mucho tiempo; mi visita coincidió con el día de la fiesta. Aquí una imagen del torneo de bolos.
El principal objeto de mi visita es volver a la iglesia parroquial. No hace falta pensar mucho para saber cual es la advocación del templo..
El templo que ahora contemplamos es el probable heredero de un antiguo monasterio. Muy similar al cercano de Crespos, que comentábamos en un anterior post. A su favor tiene la permanencia de una espadaña de verdadera tradición románica y en su contra la existencia de una serie de añadidos, especialmente sobre la portada, que desfiguran un tanto el conjunto.
Al exterior, y si obviamos su portada que dejo para más adelante, tenemos los canes de ruda pero interesante labra en la que alternan los motivos populares con los simbólicos. Son frecuentes las cabezas de animales.
Al interior se observa un mayor esmero en el trabajo artístico, en el que destaca la armoniosa configuración en forma de arquerías ciegas que ya nos es conocida.
Una explicación más detallada y académica la podéis leer en la página web del Plan de intervención del Románico Norte, del que este templo, afortunadamente, ha formado parte.
No presta mucha atención por cierto el texto al rudo tímpano que aparece en la portada, y que podéis ver en las siguientes imágenes.
Se señala que la cruz y el árbol de la vida representan la salvación mientras que el hombre atacado por un león hacen referencia a la suerte del pecador, pero la desproporción de las formas les hacen despreciar un tanto el conjunto.
No piensa lo mismo, sin embargo, el autor del blog Laberinto Románico, quien establece una vinculación entre la iconografía del tímpano y la existencia de una curiosa fuente justo en la roca sobre la que se levanta el templo.
Así, la representación recogería las creencias ancestrales de culto a las fuezas terrestres, en este caso los manatiales; el guerrero lucharía con su fiera interior para alcanzar el árbol de la vida alimentado por esta fuente. Lo curioso es que este tímpano representa evidentes analogías con el existente en Puentedey, en donde el poder del agua es más evidente.
En una remomoración más cercana en el tiempo, cabe señalar que en el pueblo existe una ermita dedicada a la Virgen de las Candelas. Este templo, que curiosamente y a diferencia de la iglesia sí se encuentra en el casco urbano, es el vestigio de una celebración ancestral que ya se ha perdido, debido al reducidísimo número de habitantes que permanecen todo el año.