Ya que acabamos de describir una ruta por Espinosa de los Monteros, vamos a quedarnos por aquí para mostrar algunos lugares más. El primero hace referencia a un árbol que ya no es, pues ha sido talado en fecha para mí desconocida, pero entiendo que no más allá de cinco o seis años. Me refiero al abedul del Cerrillo ( no estoy seguro de si se corresponde con el conocido como abedul de la Sía, aunque creo que aquel era otro). Ya no podrá asomarse nunca más a esta preciosa vista desde el valle de la Sía, con el valle de Rioseco al fondo.
El ejemplar, según una fuente consultada, tenía un perímetro de 5 metros y una altura de 22. Tal vez estas medidas, que a muchos nos asombran, a otros molestasen, probablemente a los dueños de la finca cuya cabaña era ensombrecida por el gigante. Sirva al menos este artículo como homenaje a los abundantes abedules jóvenes de la zona, que pugnan por recuperar el terreno perdido.
En todo caso la escusa de subir hasta este perdido emplazamiento nos valió para disfrutar de unas bellas panorámicas otoñales, a las que las fotos, como casi siempre, no hacen el mérito suficiente.
Puestos a intentar hurgar un poco en cómo pudo ser este árbol, aquí muestro una imagen aérea actual y a continuación otra mucho más borrosa de hace unos años, momento en el que el árbol aún existía.