Aprovecho el tirón del artículo sobre las necrópolis cercanas a Villarcayo para hablar sobre otro escondido emplazamiento altomedieval: El eremitorio y necrópolis de San Martín de Ferrán.
El entorno de Herrán, y el desfiladero que lo conecta con el norte ha sido lugar de actividad al menos desde el neolítico. Tras el constatable paso de los romanos; durante la época altomedieval fue testigo de la presencia de al menos tres centros de actividad: la ermita de San Felices (que aparece agarrada a la roca al poco de iniciar el sendero del conocido desfiladero), el eremitorio del Pópilo, y el emplazamiento de San Martín de Ferrán.
De los tres lugares, este último es el único que no tiene acondicionado ni el acceso ni el emplazamiento propiamente dicho; tanto que no es posible localizarlo salvo que un visitante anterior nos de unas indicaciones precisas (en mi caso, Miguel Zález). Y es curioso este hecho puesto que San Martín de Ferrán es el de mayor importancia histórica.
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Restos de una posible iglesia semirrupestre |
El Monasterio de San Martín de Ferrán fue fundado en el año 852 por el abad Paulo, el presbítero Juan y el monje Nuño y varios acompañantes. El lugar fue consagrado por Felmiro, obispo de Valpuesta. En el 874 pasó a la propiedad del monasterio de San Félix de Oca y en el 1040 a la de San Millán de la Cogolla. El documento del 852 especifica que los primitivos repobladores encontraron restos de edificaciones antiguas que aprovecharon. Es posible que fueran restos tanto de época romana como de asentamientos de época visigoda.
Por cierto, que este acta fundacional, conservado en el monasterio de San Millán de la Cogolla, es uno de los primeros en los que se hace referencia al nombre de “Castilla”. Además, se encuentran unas cuantas palabras en lo que ya se podría también considerar castellano antiguo, entremezclado con algunos vasquismos.
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enterramientos en la parte superior |
En cuanto a los restos, se observa la entalladura de una construcción semirupestre que pudiera ser el mencionado monasterio. Con planta rectangular y uno de sus lados excavados en la roca; existen mechinales y otros restos que parecen indicar la existencia de una cubierta. En este muro hay un banco corrido. Bajo la misma hay una gran cantidad de piedras y restos de tejas; posiblemente procedentes de la construcción citada. Sobre estos restos se aprecian varias sepulturas excavadas en la roca. Afloran en torno a media docena aunque es posible que haya bastantes más enterradas.