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Ruta de senderismo: Los Montes de la Peña

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La erizada alineación de cimas que constituye los montes de la Peña, cual si del cráter de un volcán se tratase, es uno de los paisajes más marcados de la provincia, especialmente si se contemplan desde la vertiente del Valle de Mena. Hoy, además de alcanzar una de sus cimas más representativas, el pico Peñalba, exploraremos algunos de los elementos que caracterizan a esta zona.

Dificultad: Alta. Hay zonas complejas para el avance.
Orientación (sin GPS con track o cartografía): Difícil. En este caso es mejor seleccionar una variante del recorrido.
Belleza: Alta.
Tiempo y distancia: 4 horas y media (14 kilómetros).
 



Situación.
 
Para llegar hemos de salir de Burgos por la N-I hasta Briviesca desde donde se enlaza por una carretera provincial con Oña. Desde aquí se sigue la N-232 unos kilómetros hasta la N-629, que nos deja en Trespaderne. En este pueblo se toma la carretera que nos conduce hacia Peña Angulo, tras unos 30 km por esta última carretera se toma hacia la izquierda la carretera que conduce a Quincoces del Yuso y, unos cinco kilómetros más adelante, hacia la carretera que, hacia la derecha, nos lleva a Villabasil, comienzo de la presente ruta.

Puntos de Interés
 
Prados. Vistas del Valle de Losa. Vistas sobre el Valle de Mena. Zonas de hayedo. Tejos aislados. Pico Peñalba. As de Bastos. Ermita de Establado.
 
Descripción de la Ruta
 
Dejamos el coche en el entorno de la iglesia del pueblo. Empezamos retrocediendo camino de la entrada del pueblo. A la altura de las últimas casas encontramos el nacimiento de un ancho camino en el lado derecho que coincide, como comprobamos, con el trazado del sendero GR85.
 
Empezamos un tramo de más de dos kilómetros en dirección oeste hacia el cercano pueblo de Castresana. Hacia nuestra izquierda aparece una parte del valle de Losa, y hacia la izquierda los tres principales bloques de cimas de los Montes de la Peña: Peñalba, Hornilla y Peña Mayor. Como a mitad de recorrido la pista se difumina sensiblemente y culebrea, sin perder la dirección, entre un disperso bosque de pequeños robles.
 
Con un poco de atención vamos siguiendo el camino correcto, ayudándonos de la señalización. En las cercanías de Castresana incluso hemos de bordear una finca por su parte superior. Terminada esta maniobra desembocamos en una pista cementada que se dirige al pueblo. Nosotros giramos en dirección contraria, orientándonos hacia el collado que separa Peñalba y Hornilla, el portillo de San Mamés. Pronto desaparece el cemento y llegamos a la portilla de acceso al monte. Enseguida aparece una bifurcación, seleccionando la opción derecha.
 
El camino, apenas unas rodadas que siguen el cada vez más denso arbolado, sigue recto hacia el collado citado. No obstante unos minutos más adelante gira de forma evidente hacia la derecha. Nosotros continuamos rectos, subiendo por la loma que deja el arroyo principal a la derecha. Seguimos unos minutos paralelos a dicho arroyo, dejándolo a unos cincuenta metros.
 
Siguiendo el track nos acabamos separando del citado barranco en dirección a un hayedo que aparece hacia nuestra izquierda y empezando el ascenso propiamente dicho. El monte bajo no es demasiado espeso y se avanza con cierta facilidad. Con un poco de suerte en el borde del hayedo encontraremos una senda que asciende de derecha a izquierda. Siguiendo la misma seguimos ganando altitud.
 
Tras alternar tramos de hayedo con otras parte más abiertas, desde las que tenemos vistas cada vez más amplias de Losa; y tras algunos giros, acabamos entrando en el bosque, mientras que por momentos resulta evidente que por aquí transitaba un antiguo camino. Tras superar una enorme haya caída que nos dificulta el paso seguimos avanzando por una especie de canal; pero pronto giramos por el lado izquierdo.
 
Seguimos por el bello hayedo hasta alcanzar la entrada de una cueva. Todo parece indicar que la trocha tiene por destino esta cueva; ya que a partir de aquí desaparece por completo. Hay que seguir por el hayedo, ascendiendo de manera muy brusca y con clara tendencia hacia el oeste. Poco a poco el arbolado se va difuminando para acabar desapareciendo. En la parte superior del hayedo, aún más hacia el oeste, encontramos un gran tejohacia el que nos dirigimos. Tiene unos tres metros de perímetro y diez de altura.
 
Desde aquí, a más de 1100 metros de altitud, cambiamos totalmente de dirección. Vamos hacia el este avanzando con cuidado por la empinada ladera, buscando ganar algo más de altitud. Finalmente alcanzamos el cordal, con las primeras sobrecogedoras vistas del esplendoroso Valle de Mena, unos 700 metros por debajo de nosotros, y las cumbres más orientales de los Montes de la Peña: Peñalba, Tres Dedos y al fondo el Pico Castro.
 
A nuestros pies en primer plano se encuentra el portillo de San Mamés, que citamos anteriormente. Vamos a bajar al mismo con cuidado; aunque antes podemos fijarnos en los árboles más cercanos, entre los que vemos algunos bonitos ejemplares de tejo, algo más pequeños que el anterior. El descenso es más complejo de lo que parece, pues hay que buscar los mejores puntos y la alta hierba oculta grandes piedras y huecos entre las mismas.
 
Alcanzado el punto más bajo a poco más de 1000 metros empezamos a ascender siguiendo el cordal. No hay ningún sendero entre la alta hierba y la pendiente es fuerte, aunque afortunadamente no existen arbustos ni resaltes rocosos que dificulten el avance. Con bastante esfuerzo alcanzamos la parte alta de una primera cima que aparece en la cartografía como pico San Mamés, a 1179 metros de altitud.
 
Agradecemos poder avanzar unos instantes con facilidad. En la parte alta encontramos restos de lo que parece ser una antigua construcción. A menos de un kilómetro en línea recta se observa ya el pico Peñalba, intuyéndose incluso su vértice geodésico. Desde este punto el relieve se complica al aparecer afilados escarpes y desniveles. Es recomendable desviarse un tanto hacia la ladera derecha, ya que si no nos tendríamos que enfrentar con pasos probablemente impracticables.
 
Pasado este tramo de unos centenares de metros podemos recuperar la línea del cordal. Un apenas marcado sendero nos encamina frente a una pared rocosa que se bordea por el lado norte, por la parte superior del bosque. Pronto llegamos a un nuevo collado, portillo de Lérdano, desde el que el sendero se hace mucho más evidente. Probablemente en este punto confluye una ruta de ascenso más habitual desde el fondo del valle con una subida alternativa desde Villabasil.
 
El sendero encara una nueva pared para seguidamente bordearla por el lado norte. Subimos con facilidad por la ladera herbosa disfrutando en todo momento de la belleza del paisaje. Sin mayores incidencias llegamos a la parte alta. Contrastan estos instantes de calma con la brutal caída hacia el lado norte; con más de 300 metros de desnivel directo. Unos pasos más adelante llegamos a la cima, a 1244 metros.
 
Disfrutamos de las amplias vistas sobre ambos valles, Mena y Losa, durante el merecido descanso. Contamos con la tranquilidad de que a partir de aquí nos queda lo más sencillo de la ruta. Seguimos el cordal, un poquito hacia el interior, y fácilmente localizamos el sendero de descenso. Pronto dicha senda se aleja del cordal descendiendo bruscamente con pequeñas revueltas. Pasamos junto a una peculiar roca aislada conocida con el significativo nombre de “As de Bastos”.
 
El sendero sigue bajando hasta el final de la parte principal del descenso. Desde aquí existe una opción de enlace más o menos directo hacia Villabasil, pero nosotros decidimos completar la ruta pasando antes junto a la aislada ermita del Establado. Para ello es importante haberse ido fijando antes en la misma durante el descenso. Lo primero que hacemos es seguir una especie de pequeña arista que continúa en dirección este y en la que aparecen los signos de un desdibujado sendero.
 
Tras unos 500 metros decidimos ir directamente hacia la ermita, que se ve aproximadamente un kilómetro a nuestra derecha, cruzando un abierto pinar. Poco antes de llegar a la ermita enlazamos con una pista ancha. El edificio es sencillo y lo más llamativo son los prados y ganado que la rodean. Se cuenta que hasta hace no demasiadas décadas aquí vivía un ermitaño que paseaba la imagen de la virgen por los pueblos de alrededor pidiendo limosna para su sustento. Aún se sigue celebrando una romería a la que acude bastante gente del valle.
 
Desde aquí sigue una pista en dirección suroeste en suave ascenso. Pasado cerca de un kilómetro la pista empieza a descender a la vista del pueblo de Villabasil, lugar que alcanzamos sin mayores novedades.
 
Comentarios
 
Ruta más bien dura en la que a priori el objetivo era explorar algo más en detalle la sierra y localizar algunos ejemplares de tejo de los que teníamos referencia. Visto a posteriori, tal vez no merezca la pena el esfuerzo y complicaciones adicionales, con lo que puede ser mejor opción una ruta parcialmente circular en la que el ascenso se realice directamente desde el pueblo de Villabasil hacia el hayedo que crece por la parte inferior del Peñalba (localizando con un poco de suerte una antigua lobera) y enlazando con esta descripción en el segundo collado.
 
El pico Peñalba (1244 m) es el segundo más alto de los Montes de la Peña, siendo superado ligeramente por Peña Mayor (1252 m). No obstante las referencias que tengo de esta segunda cima es que el ascenso es algo más complejo y las vistas no son tan “limpias” como desde Peñalba.
 
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Track del recorrido (pulsa en el círculo verde para más información)




Vídeo con imágenes del recorrido



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