La Puebla de Arganzón es, junto a Treviño, uno de los dos municipios del Condado de Treviño, estando la mayoría de las pedanías y pueblos integrados en el segundo de ellos. Por lo que hace referencia a La Puebla, se trata de una localidad de mediano tamaño, fruto de su estratégica ubicación a la vera de la carretera Madrid- Irún y justo a la salida del desfiladero de Las Conchas de Arganzón.
Precisamente en este desfiladero, aún en terreno de burgalés, se localizan los restos de un castillo altomedieval que ha sido objeto de un interesante proyecto de investigación. De hecho, las conchas de Arganzón es uno de los pocos lugares en los que se puede ubicar con precisión una de las batallas de inicio de la reconquista, nada menos que en el año 801, evento en el que se consiguió rechazar una aceifa.
Debido a la apretada agenda que me había planteado en esta visita al Condado decidí dejar para mejor excursión la caminata de ascenso al emplazamiento, limitando la visita al casco urbano. El apretado centro de la localidad (fruto de la existencia de una antigua muralla) viene caracterizado por estrechas y bien definidas calles, destacando una vía principal que da al pueblo la típica configuración de pueblo-camino.
No en vano, por la puebla de Arganzón ha pasado desde siempre una de las principales vías de comunicación peninsulares, la cual ha servido también para el paso de peregrinos que seguían (y aún siguen hoy en día) la llamada vía de Bayona.
Presidiendo y bien conservado caserío de origen medieval de La Puebla de Arganzón se alza la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción. El templo es tardogótico, de principios del siglo XVI, y luce en su interior un muy interesante retablo renacentista que puede considerarse como una de las joyas del arte burgalés. No se dio la circunstancia de poder visitar el interior, así que nos limitamos a admirar la torre medieval con linterna barroca; combinación muy habitual en este confín donde se unen La Rioja, Burgos y Álava.
Por uno de los laterales del centro urbano transita el río Zadorra, desde cuya vega tenemos una bonita estampa del pueblo, el puente medieval de origen romano, los restos de sus murallas y una presa que alimentó a una pequeña central hidroeléctrica y que ahora se utiliza como sala de exposiciones.